Volaré por el deseo escondido.
Nuestra apatía somnífera conversa con la controversia, con el amor carnívoro y agresivo del reverso. Nuestro deseo refleja el fondo flojo de una sociedad compleja y adversa que ama del revés. No soy más que el santo muerto, la libido mártir de tu corazón perplejo. Amante del partir, del reflejo, de tus labios rojos carnosos y tus piernas "amateur". ¿Me amas? No compensa, no converso con la locura. ¿Me odias? Siento fobia al ascenso de la cordura. Soy ateo, no me ates, no me toques, no me sometas, tan solo contesta, sé sincera y destrózame; consuélame, pues mi alma está absorta por los pliegues de tu piel. Sé imperfecta, sé completa y condensa mi rabia, la ira que amedrenta, que daña y me apresa. El calor de tu sien. Somos cien, somos uno. Somos solos, somos en conjunto. Nunca fui gracioso, tan solo un ser ocioso amante de tu carne incandescente. Fóllame sin prisas, con rabia, con pasión. Sé mi musa en algún rincón, por un