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Mostrando entradas de junio, 2017

Yo cada vez más simple, y tú más complicada.

Ayer te vi triste. Vi que no querías,  que no sentías.  Vi que tu rabia hablaba que tus insultos solo decían lo que tu alma anhelaba. Ayer sentí tu huida. Palabras de boca sangrante que acoge la hipocresía.  Palabras que marchitan  amor suicida.  Ayer, entre tanta mentira, vi una persona que no veía, que solo hería.  Ayer, sufrí tu vergüenza  en mi piel quemada, atemorizada por tu prosa fría.  Lloré y no quería, sufrí y no lo merecía. Solo pensé en ti y en cómo salvarte de ti misma. Quizá yo sea la razón  de tu enorme herida. Quizá yo sea la razón del error de tu carácter. Quizá yo sea la razón y tú la culpable. 

Cenizas del pasado.

Hasta hace poco creía que la vida consistía en aparecer y desaparecer con el único fin de transitar. Es por ello que siempre quise conseguir algo más, algo que nunca llegaba; trascender de una forma o de otra. Me alejé de la realidad, quise escapar de esta cárcel que aprisionaba las palabras que siempre quisieron salir. Me alejé y volé sin alas hacia un suelo frío y húmedo que mancha de barro tus ojos y humedece tus pestañas. Ahora, ya tarde, me doy cuenta de lo infantil y estúpido que he sido. No era más que un crío asustado que no se daba cuenta de lo hermoso de un atardecer solitario. Ahora, que soy más real que nunca, más dolor siento dentro de mí al entender, una vez aquí, que no escucharé más su voz, que su risa, ahogada en mis pulmones, no sonará de nuevo. Es difícil regresar, las cosas siempre cambian, la vida no espera a que tú decidas actuar. El pequeño pueblo, en cambio, continuaba igual, quizá algo magullado por el tiempo, quizá más verde, pero seguía transpirando la mis