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Solitaria despedida.

El frío invernal ya no calienta, ya no me siente, ya no me anhela. El frío se consume en la nada, sin valor, sin emociones talladas en el vaho de las ventanas. El frío se vuelve tenue en esta espiral de apatía y conformismo. El frío se vuelve lejano en esta lujuria arrinconada en el cajón más polvoriento. El invierno ya no es triste, ya no es alegre. Las navidades envejecen con mi magullada piel. La familia desciende mientras mis parpados se cierran, mientras mi mirada se pierde entre las frías paredes de un cuarto que ya no escucha mis penas. Ya no hay sangre en mis venas, ya no hay aire que respirar, ni cadenas que romper. Estás solo tú frente a la verdad, frente a la cruel realidad que nos observa, que con su brutal pureza nos arropa entre llantos, nos apuñala con sus manos y nos rompe el alma con entereza. Somos organismos insignificantes navegando por un hermoso mar. Somos seres incapaces, fugaces e inservibles. Es el tiempo nuestro dios, es la

No te quiero.

¿Ahora me ves? Lloras, y es por mi culpa. ¿Ahora me ves? Muerto en la penumbra, envuelto en cantos fúnebres, principios básicos, actores pobres, leyendo clásicos. Recitando versos, acariciando montes, construyendo cimientos, demoliendo puentes. Sosteniendo cuartos, rompiendo moldes, susurrando cuervos, sentenciando frases. ¿Ahora me ves? Corrupto por tus besos por tus lágrimas de infarto, tus mofletes eternos, tus manos de arcilla, tu piel blanquecina, mi sostén de cemento. ¿Ahora me ves? Acurrucado en llantos, en piscinas sin agua, en caricias sepultadas, en tediosos mantos. Atemorizado por el paso, por el tiempo rápido, por el colirio escaso, por el mundo antártico. ¿Ahora me ves? Sentado en la acera, conversando con la nada, escudriñando ideas falsas, jugando a ser muñeco de cera. Estoy ciego, amigo de mí mismo, enemigo de mi ruido. Estoy ciego. Corroído por lo probable, consumido por lo intangible.

Soy yo.

Mi habitación está helada y ya no escucho tu llanto, tu pesada carga en mi espalda. Mi habitación me habla y yo ya no tengo interés en escucharla pues el tiempo pasa demasiado rápido. Mi habitación me observa preocupada esperando ilusionada que deje de estar apático, que ilusa es si espera que yo cambie algo. No soy nadie, una luz apagada por el sufrimiento de tu esperanza, de las ilusiones falsas y los abrazos fingidos. No soy algo, solo un barco hundido entre los mares de tus lágrimas, de tu esfuerzo malgastado y tu deseo escondido. Soy una palabra que baila sin calor que sueña sin dormir y que anhela ser escrita en la piel de tu mirada. Soy un verso sin rima, un poema malherido. Una canción susurrada en la voz de un suicida. Tengo tantos recuerdos que no olvidan... Tantos escritos en la basura de la cocina... Que asco de papel, de fantasía... Que asco de pincel, que asco de mentira... ¿Me has abandonado? ¿Ha sido culpa mía? No sé, no lo sé.

Las noches son frías.

Las noches son frías, Rías o llores. Las noches son timidas Atraídas por la soledad. Las noches son eternas Abrazado a los recuerdos De un tiempo sin agujas. Sin tapujos ni miramientos Donde cada sentimiento importaba. Las noches son pesadas Sin el olor de tu perfume, Sin el rencor ni los reproches, Sin sentir el calor. Las noches son gélidas En mi corazón.

¿Dónde estás?

¿Dónde estás? Puedo respirarte, tocarte, sentirte. Sin embargo... ¿Dónde estás? Mi almohada recuperó la forma, tu aroma, escapó por la ventana, y tu sonrisa se largó con prisa. ¿Dónde estás? No encuentro lógica, ni verdad en tu huida. ¿Dónde quedó el amor, la fidelidad o tus promesas? No hay cajón para tanto recuerdo, ni colchón para mis lágrimas. No hay razón ni dolor que mengue tu ausencia. No hay perdón al rencor que atisbo en tus palabras, en tu mirada gélida o en tu corazón dañado. No hay lugar donde esconderme, aislarme o refugiarme, pues hasta la cosa más minúscula tiene tu nombre tatuado. Te entiendo y te extraño, te odio y te amo. Estoy solo, con tus recuerdos volando y con el terror en la mano. ¿Dónde estás? ¿Dónde quedó el amor? ¿Dónde quedó el pasado? Vuelve a mis cálidos brazos, al abrazo eterno, a la devoción del ciego. Vuelve rápido o la espera me consumirá despacio.

Quiero demasiado poco, pero demasiado al fin y al cabo.

¿Por qué me cuesta tanto? No lo entiendo, no quiero ser el mejor, solo quiero construir una vida que valga la pena, algo que tenga un poquito de valor. No necesito que lo entiendas, no necesito que me apruebes o me pongas nota. No. Solo quiero madurar contigo, que las páginas en banco se llenen de tinta, que mis dudas desaparezcan y mis llantos no difuminen mis logros. Solo quiero que cada vez que sangro tenga un valor, una promesa. No quiero que quede en el olvido como las tonterías que se dicen hoy en día escondido tras una pantalla. Solo quiero volar entre los prados de tu mente en busca de una pregunta que no responda nada, una pregunta que te martillee la cabeza hasta cambiarte la vida. Solo quiero que esa pregunta me transforme a mí, que mis palabras no sean propaganda ni gritos de un niño asustado. Quiero madurar en su manto, en sus brazos perversos, donde cada error deteriora tu mente y amuralla tus sueños. Donde las alas ya no se dibujan sino que se rompen y las lágrimas se al

Cada día es más duro que el anterior #2.

¿Te has olvidado de mí? Yo aun no encuentro forma de querer olvidarte, será que simplemente te quiero y no quiero que esto se acabe. Mi corazón y mi cabeza me suplican cada día que me olvide y que pase una pagina escrita, pero ya sabes como soy yo con las palabras, no las abandono, son mi vida. Eres parte de un libro que quiero escribir, eres parte de una vocal, de una silaba que siempre quiero nombrar y nunca me sale porque me dejas mudo.

Cada día es más duro que el anterior.

Hoy soñé que estabas a mí lado, arropándome con tus delicadas manos mi tosco y maltrecho cuerpo. No sé el porqué pero ahí estabas, mirándome, con esa ternura que de vez en cuando te caracterizaba, como si realmente no me quisieses ver sufrir. Ahí estabas, curándome con tu alma mientras la mía caía rendida ante tu desnudo pecho. No se trataba de algo sexual, aunque nunca descartaría algo tan hermoso si fuese contigo, era simplemente una forma de atraparme entre tus brazos y hablarme sin articular palabra. Susurrarme al oído que nunca te irás, que siempre estarás a mi lado a pesar de nuestra estupidez o nuestro orgullo. Y, entonces, entre el canto de los pájaros de la mañana y el sonido malicioso del despertador tu cuerpo decidió marcharse y dejarme solo en aquella soledad demoledora. Un lugar donde ni mis sueños importan, donde las miradas se pierden en la nada y la realidad se vuelve un lugar donde cada día es más duro caminar. ¿Lo peor? Que aun conservo la esperanza, una esperanza que
Te escucho respirar en mi pecho, sigues conmigo,

Me gustaría que lo leyeses como yo leo cada pliegue de tu piel.

Llevo desde muy pequeño escribiendo por una sencilla razón, no es algo muy especial, simplemente para evadirme, para apaciguar mis fantasmas. Llevo muchísimo ya escribiendo y no se me da bien, y aquí sigo, sin que se me valore ni aclame y, la verdad, no lo necesito. No escribo para nada en especial, escribo porque lo necesito, es una realidad, es mi droga enmascarada, es mi forma de desahogarme tras un día de mierda, los cuales son muchos últimamente. Aunque desde que te vi ya no sentía tanta necesidad de calmarme, de expulsar toda la rabia. No lo necesitaba, me sentía bien, me sentía arropado. Eras mi calor, mi sentido, la única cosa que podría decir que existía de verdad en mi vida, no una ilusión más que transita por mi cabeza intentando llamar la atención. Es muy posible que siquiera lo leas, que evadas o que no te llegue al alma mis sucias lágrimas transformadas en palabras, pero esto es lo único que tengo. Lo único que no se desvanece ni se pierde en el polvo. Esto es todo lo que

El amor

El amor ya no enamora, ya no se siente en la piel del hombre que tanto me ha dado, a mí y a los míos. El amor a muerto, el amor ha quedado sepultado en la cueva del fracaso. En el sótano de las miradas, de los antes y del nunca regresará. El amor ya no apacigua el alma de un guerrero, tan solo estoca con la espada de la verdad y jamás derroca el gobierno de la soledad. El amor ya no desvirga la pasión, ya no alimenta con su cuidada dieta rica en esperanza. El amor tan solo muere en las manos de un niño enfermo, de un poeta ahorcado. El amor se ha vuelto una enfermedad a ojos de un protagonista, el amor ha deteriorado cada atisbo de ilusión que existía en este mundo especial donde nadie gana ni nadie pierde. El amor ya es solo una palabra sin sentido que vaga por montañas sin altura en busca de una muerte insignificante en las lágrimas de unos ojos cansados. El amor no es más que una religión y eso duele. 

Ojalá me miraras como antes.

Te miré y me respondiste con la misma intensidad, con esa ternura que ilusiona y llena el alma de cualquiera, incluso la mía, negra como el futuro de un animal que pronto será carne. Me miraste y yo me mantuve inquieto, envuelto en la impiedad de un cuerpo tan hermoso, tan inconfundible, tan divinamente profano. Aquella mirada me cautivo con su lívida mesura, mostrándome cada parte de tu endiosada cara, desde la comisura hasta el cabello caído cual ángel sobre la curva de tus hombros. Aun lo recuerdo, ese jersey que tapaba todo lo que yo ansiaba ver, aquel ropaje que ocultaba lo que algún día alcanzaría, lejos de tu piel, lejos de tu voz, tan solo tu alma inconfundible, el corazón de una mujer irremplazable. Y ahora… No hay alcohol que ilumine mi camino, no hay discurso, no hay conversación. Tan solo un vaso, una habitación que cada vez es más pequeña. Tan solo un recuerdo de un beso que se apaga y una canción que estremece mis sentidos. Unos ojos apenados, no por el dolor, sino porqu

Ella nunca se va.

Ella está en la ducha, Acariciando cada recuerdo, Cada sentimiento. Sin lucha, Con deseo, Sin anhelo, Solo paz. Contemplando sus párpados cerrados. Su quietud, Su presente, Su pasado. Amando lo que tiene, Sin sueños pesados Ni caminos sin luz. Ella no se va. Ella siempre está ahí Con su canto de sirena Y su cariño inusual. Ella no camina sin él Ni él sin ella. Pero no es la belleza Sino la fuerza de la unión. Es ella y él lo sabe. Pues es ella Y ella nunca se va. Aún así siempre, Siempre serán los dos.

No te quiero.

¿Ahora me ves? Lloras, y es por mi culpa. ¿Ahora me ves? Muerto en la penumbra, envuelto en cantos fúnebres, principios básicos, actores pobres, leyendo clásicos. Recitando versos, acariciando montes, construyendo cimientos, demoliendo puentes. Sosteniendo cuartos, rompiendo moldes, susurrando cuervos, sentenciando frases. ¿Ahora me ves? Corrupto por tus besos por tus lágrimas de infarto, tus mofletes eternos, tus manos de arcilla, tu piel blanquecina, mi sostén de cemento. ¿Ahora me ves? Acurrucado en llantos, en piscinas sin agua, en caricias sepultadas, en tediosos mantos. Atemorizado por el paso, por el tiempo rápido, por el colirio escaso, por el mundo antártico. ¿Ahora me ves? Sentado en la acera, conversando con la nada, escudriñando ideas falsas, jugando a ser muñeco de cera. Estoy ciego, amigo de mí mismo, enemigo de mi ruido. Estoy ciego. Corroído por lo probable, consumido por lo intangible. Roído y podrido por la rutina, amarga y

Uno más.

¿Me escuchas? Yo ayer soñé contigo. Eras tan hermosa... Me aplastabas con tu dicha, con tu fortuna, con tus arrumacos suaves, cálidos y despreocupados. Me sonreías con dulzura, con paciencia y compasión. Escuchabas mis plegarias, mis rasgados poemas, mi canción. Estabas frente a mí, cariñosa. Atenta a cada movimiento, a cada dolor innecesario. Estabas ahí, con tus ojos claros, con tu alma transparente. Expectante. Sin bostezos ni malas caras. Simplemente estabas ahí, soñando conmigo mientras yo dormía. Mientras admitía que sufría. Mientras sucumbía a la verdad. Que tu crueldad, que tu maldad, está lejos de la razón. Que tu sentido del humor, murió hace mucho con tus pisadas. Que si eres Dios, o Diosa, hace tiempo que me olvidaste y preferiste llorar por tu error. Pero aquí estoy, esperando en cada sueño una respuesta a este dolor, una respuesta al sudor del mal entendedor. Del poco comprensivo y demasiado hablador. Aquí estoy, soñando con tu veneno

Yo cada vez más simple, y tú más complicada.

Ayer te vi triste. Vi que no querías,  que no sentías.  Vi que tu rabia hablaba que tus insultos solo decían lo que tu alma anhelaba. Ayer sentí tu huida. Palabras de boca sangrante que acoge la hipocresía.  Palabras que marchitan  amor suicida.  Ayer, entre tanta mentira, vi una persona que no veía, que solo hería.  Ayer, sufrí tu vergüenza  en mi piel quemada, atemorizada por tu prosa fría.  Lloré y no quería, sufrí y no lo merecía. Solo pensé en ti y en cómo salvarte de ti misma. Quizá yo sea la razón  de tu enorme herida. Quizá yo sea la razón del error de tu carácter. Quizá yo sea la razón y tú la culpable. 

Cenizas del pasado.

Hasta hace poco creía que la vida consistía en aparecer y desaparecer con el único fin de transitar. Es por ello que siempre quise conseguir algo más, algo que nunca llegaba; trascender de una forma o de otra. Me alejé de la realidad, quise escapar de esta cárcel que aprisionaba las palabras que siempre quisieron salir. Me alejé y volé sin alas hacia un suelo frío y húmedo que mancha de barro tus ojos y humedece tus pestañas. Ahora, ya tarde, me doy cuenta de lo infantil y estúpido que he sido. No era más que un crío asustado que no se daba cuenta de lo hermoso de un atardecer solitario. Ahora, que soy más real que nunca, más dolor siento dentro de mí al entender, una vez aquí, que no escucharé más su voz, que su risa, ahogada en mis pulmones, no sonará de nuevo. Es difícil regresar, las cosas siempre cambian, la vida no espera a que tú decidas actuar. El pequeño pueblo, en cambio, continuaba igual, quizá algo magullado por el tiempo, quizá más verde, pero seguía transpirando la mis

Ya no sé si abrazar a la muerte o besar al diablo.

Todo cae, todo sucumbe. La esperanza palpita, La sangre supura, Pura y sin prisa. Todo cae, todo precipita. La mugre asoma La paciencia expira, Sucia y sin vida. El mundo solloza, El llanto suspira. La ira se amedrenta Ante el tacto de la brisa, Rauda y violenta. Seré un hombre y no un Dios. Seré tu voz y no la fe, Pero mi alma grita al ver Que su mundo muere con sed, Con tenue silencio en el corazón.

La apatía asola un corazón despistado.

Sácame de aquí, de este laberinto, del frigorífico en el que habito. Sácame de la pesadumbre, de la pesadilla, del tránsito. Aléjame del bien, de lo correcto. Iré recto a la curva, hacia la señal para ignorarla. Vanagloriada estabilidad, no vuelvas a incordiar. Déjame llorar en paz. No recuerdo lo que era. No lo creerás pero me muerdo, me excito con el mar, con naufragar en tus brazos, con caminar descalzo con la luz apagada y el corazón atento. Abierto al tacto, delicado extracto, atrapado en mi cuerpo, destrozado por la risa, por la prisa de tu llanto. Quiero aprender a correr, a perder, a saltar,  a bailar, a entender, a caer y respirar...  Ayúdame a escribir, vivir es demasiado complicado.

Me gustaría que compartierais esto conmigo.

https://clubdeescritura.com/?p=326808

¿Qué es de la vida?

Te miro y me pregunto, ¿qué es de la vida? Entre tantas canciones que son una y tanto amor descafeinado... Dime, ¿qué es de la vida? Tus medias ya no auxilian mis heridas cuando el cine ya solo cuantifica el arte y la poesía posa para personas tatuadas. Tus caricias ya no sanan mis pasiones más oscuras cuando la verdad se pudre en rincones donde debería de haber libros y las palabras se pierden en cristales que solo reflejan la pobreza de lo que contiene. ¿Qué es de la vida? Nos alimentamos de arte recurrente y seguro, que poco tiene de atrevido, mientras creemos que las cosas podrán cambiarse algún día. La vida solloza en manos de incautos que juegan a ser artistas, que luchan contra el río y, sin pensarlo, nos dejamos engañar, pues es la era de lo simple, de lo rápido. ¿Qué es de la vida? La vida se muere, grita en el suelo mientras vídeos corroen nuestras mentes de ocio triturado. Sí, estamos muriendo con ella, dejando que todo lo que hemos construido sucumba a la mayor enfermedad d

Dragón enjaulado.

Te toco despacito,  creyendo en un mundo apático, aislado, revuelto en mis cenizas como un cigarro pagado en un cuerpo encendido. Busco experimentar con tus labios con tus piernas, con tu piel chamuscada.  Busco retozar entre tus limitaciones, entre tus miedos y fantasías. ¿Dónde quedan las mías? ¿Dónde queda la ira? Siempre pregunta el dragón. Siempre pregunta mi corazón helado, la composición que te eriza, el calor que me marchita. ¿Dónde quedó mi apatía? Demasiado dentro, como mi cuerpo, como la pasión en mis pupilas. ¿Dónde quedó la poesía? Versos cogidos con pinzas,  rimas obsoletas y sin carisma. No observan tu marisma, tu marea, que entre tus piernas siempre me visita.  ¿Dónde quedó lo atrevido? Lo perverso murió cuando te heriste, cuando una sociedad desconfía y vende productos ya vendidos, pues es más fácil alimentarse rápido que buscar lo tétrico, lo tántrico.  ¿Dónde quedo la vida desordenada? No quiero notas reu

Dispárame de un disparo.

Mírame a los ojos y dispárame, rápido, sin miramientos, dispárame al pecho sin deseo, sin rozar mi alma ni besar mi cuerpo.  Mira mis párpados cerrados y dispara,  haz que la carne se pudra en el suelo, haz que mi corazón palpite como el de la muerte, que susurre a la vida y comprenda lo que siente.  Clava una bala en el fondo de un alma asustada,  reprimida y dormida en la apatía de una negativa que recuerda el placer tras la conquista de tu orgasmo.  Dispara tan profundo que la piel se olvide de ti,  se hunda en mis sueños y humedezca mis mañanas.  Dispara sin pensar, agrede mi nobleza paupérrima con la pasión de la sorpresa de tus labios al rozar el puente entre nuestro hogar  y el amanecer añorado, entre arañazos, entre fuegos sin chimenea y abrazos que ahogan, entre cristales rotos y peleas entre sábanas que cortan. No aflojes, arroja, pus mi muerte será silenciosa pero tu instinto jamás olvidará lo que sienten tus piernas al separarse y de

Ella #1 - Inseguridades.

Sus miedos sonreían, Sus pupilas suplicaban, Su piel me hablaba, Sus lágrimas me veían. Sus llantos suspiraban, Su voz sufría, Sus mejillas entristecían, Su serenidad se ahogaba. Ya no canto me decía, Me muero sin tu cama. Ya no vivo, maldecía, Me pierdo en tus palabras. Ya no recito, sollozaba, Beso tu pisar mientras labras. Ya no existo, rezaba, Permito a tus dedos erizar mis manías. 

Me sobra vida sin ti.

Puedo ser un fantasma, un idiota que no cambia, que no vuela ni se arrodilla. Un caníbal que deambula, que no afronta ni se preocupa, que no piensa ni medita. Puedo ser un loco egoísta que solo piensa en tus medias sin ver las tiritas en tus piernas. Puedo ser un cabrón pesimista que nada por tu dolor, por tu mirada apagada. Puedo ser un mentiroso que busca su pasión y no se fija en tus lágrimas. Puedo ser un dictador que desperdicia su tiempo y no se centra en tu corazón. Puedo ser tantas cosas que me aterra la idea, me aterra que las veas o las vivas. Puedo ser tantas cosas que me aterra que lo sientas que llores por mis errores o mis acciones. Puedo ser tantas cosas que me aterra que te las creas, porque por suerte no soy así. Solo pienso en tus caídas, en tus delirios o caprichos, en tus pasiones o lamentos. Solo pienso en tu cuerpo magullado y no en tu cuerpo perfecto, en curar cada herida con mis dedos, en recorrer tu cuello para liber

Máquinas defectuosas.

No somos más que máquinas, expresiones artificiales de una mente perturbada y aburrida. Engendros perfeccionados genéticamente con el único fin de dejar de funcionar. No somos para nada especiales, nuestro cuerpo se va pudriendo, nuestro organismo, el cual nos mantiene con fuerza, se está muriendo. Envejecemos tan rápido que siquiera nuestro cerebro lo percibe. Somos almas encadenadas, aprisionadas en un cuerpo que no dura, que algún día, muy a nuestro pesar, nos dirá adiós, obligándonos a navegar con él por los mares eternamente, por los mares de la nada.

Esfuerzo.

Siento rabia, Rabia por tus errores, Por tus cadenas y cordones, Por tus exigencias Por tus decencias, Por tus condenas y órdenes. ¿Esfuerzo? No somos nadie si no obecedemos, Si no sucumbimos, Arrodillamos, Si no nos rendimos. No es esfuerzo claudicar, No es esfuerzo llorar, Ni sufrir, ni la ansiedad, No es esfuerzo aceptar, No es esfuerzo, Es infelicidad.

Espina.

Dicen que caminas despacio, que te desenvuelves entre las hiervas bajas de mi mente, que acaricias con tus tentáculos verbales cada pliegue de mi alma. Dicen que deambulas por las sombras y cosquilleas mi nuca cando quieres aflorar, estás ahí, relatas cada memoria, cada acto, pero te escondes, sí, te escondes en un cuerpo incapaz de sostenerse, incapaz de maniobrar. Eres cobarde porque temes la verdad, temes que la gente vea lo que realmente eres. No temas, nadie te verá, nadie sabrá jamás quien eres porque yo cuido de ti, a pesar de tus ataques y arañazos, a pesar de tus patadas y horribles actos, jamás revelaré tu existencia, estarás ahí, pegada a mi corazón como una espina incapaz de salir, pues es inútil, jamás me harás sangrar.

El mundo esta podrido. Aplausos cancerígenos.

Esto no es lo que suelo escribir, pero estoy harto. Siempre he preferido ausentarme de la realidad, deambular por las sombras del arte y cobijarme en los brazos de la palabra, la sociedad siempre me ha dado un poco igual, aunque no podemos negar que se está volviendo loca. No me apena la verdad, me la resbala, puede pudrirse, es lo que siempre han querido, lo que siempre han perseguido, pero lo que no voy a aceptar es que perturben mi único refugio ni el único refugio de los demás, podéis encarcelar a un país entero, podéis impedir que la gente folle con quien quiera de la manera que quiera, podéis impedir que la gente se desplace, incluso decidir quien es más digno al nacer y quien no merece existir, pero todas las palabras que digo son mías, no vuestras, todas las palabras que salen de la boca de los demás son suyas y de nadie más, aunque os joda, aunque sean hipócritas, incorrectas, horribles, me da igual, pero no os pertenecen, podréis insultarlos por hablar, podréis odiarles por s

Soy un romántico de esos.

Soy un romántico, uno de esos que creen en la oscuridad de tus sábanas, en los monstruos que habitan en tus sueños y te transforman en una persona más cauta y vulnerable. Soy de esas personas que anhelan más y más pero se conforman con poco cuando ven tu cuerpo rozando su piel, abrazando sus sentidos y pervirtiendo sus emociones. Sí, soy un romántico que descansa bajo la luna cuando el sol no quiere aparecer, un romántico que deambula por tus fantasías sin dejarte dormir y no precisamente por su físico sino por su incandescente conversación. Uno de esos románticos que se conforman con tu cuello y dejan los labios para el final, porque sabe que una vez hable con ellos ya no habrá vuelta atrás, ya no volverá a ser capaz de separarse de ellos ni un instante, siquiera para respirar. Soy un apasionado de tu tacto, de tu pelo rojizo y piel blanquecina, de tu mirada seductora, de tu sonrisa inusual. Soy un depravado que circula por tus curvas sin cinturón de seguridad ni frenos a los que recu

Haz desaparecer mi sombra.

Hoy voy a hablar de algo que me perturba, me inquieta y adormece al mismo tiempo, ¿dónde quedaron los besos? Sí, esos besos que mostraban intriga, pasión o riesgo, esos besos que deambulaban por oscuros rincones o bellos jardines ¿Dónde están? ¿Los habéis visto en algún lugar? Es duro pensar que el amor se pervierte, se transforma. Ya no hay concepto alguno de futuro, de eternidad, todo es rápido, efímero, todo sucumbe ante los problemas más insignificantes. ¿Por qué? ¿Por qué ya no hay esos besos? Esos besos que calentaban con su ternura y no con su agilidad, esos besos que desvelaban, transformaban y enamoraban... Esos besos sí, esos besos que te hacían reír. El amor esta muerto, la sociedad busca digerir fácil y rápido. El amor se vomita hoy en día, no se mastica, no se saborea. Es como dar mil sorbos de diferentes zumos buscando en cada uno el olor más aromático, sin saber que el olfato no está en la boca, que el amor hay que sentirlo y a las personas conocerlas, rebuscar y sabor

Dragones en tu mente.

La oscuridad sentencia con su mirada inoportuna, Mientras, el silencio marca el tempo, Y la luna observa con paciencia cada movimiento, Cada error, cada intento. La noche encarcela con su luz Y el fuego calienta con miedo, Pues son sus cenizas los cimientos.

Canta ansiosa princesa.

Canta princesa, que sé que estás dentro de mí, revolotea con fuerza, con perseverancia, que sé que quieres salir. Canta princesa y hazme llorar, pues la verdad es que sí, la verdad es que decaigo con facilidad y no sé huir. Canta princesa y no me dejes respirar, que sé que me quieres herir, pues es extraño que me persigas así, que colabores para destrozarme y conseguir una desidia sin fin, una tensión incontrolable, una razón para morir. Canta princesa y sal de aquí, déjame amar, cantar, sonreír, déjame llorar, despreciar, vivir.

Yo no estoy hecho para vivir sin ti.

Yo no estoy hecho para vivir sin ti, Sin ti olor, sin tu tacto. Yo no estoy hecho para tu ausencia, Tu esencia me apacigua, Me tranquiliza y sosiega. Yo estoy hecho para ti, No para mi, no para viajar solo, Sin tus prisas, sin la brisa de tu boca. Yo vivo enamorado, Respiro anhelandote y sueño sonriendo, Pues al desnudarte siento tu pecho, Siento tus latidos y el ángel que escondes, Que aprisionas en tu mirada. Solo soy el deseo de tu roce, El amor tras la puerta, La chimenea que te calienta, El público, que obnubilado por tu bello cante, te reconoce.

No te va a gustar, lo sé, pero es lo único que se me da bien.

Te escupo, me salpica. Te veo, me miras, ¿me aprecias? Grita. No supliques, aspira, respira, no solloces. Es ridículo, no vivo en este mundo, no conozco, no merezco, no reconozco. Vuelo mientras encadenáis, padezco y lloro, afloro, te rozo, pues ya te tengo, te toco, te siento. No, no soy un muñeco, ni tu mi muñeca. No, no soy serio, ni tu cómica. Disfrazado de momia, de histriónico, aprecio en tus ojos, un ligero resentimiento, sera mi vida, serás mi vida, será ironía, será mi locura. Lo sé, no pienso. ¿Qué? Entiendo. Río despacio, no se me vaya a pasar, a olvidar, no me vaya a entrar el cansancio, la apatía, la manía, la monotonía del anciano, y  se me llegue a escapar. ¿Soy fuerte?  ¡Que va! Soy muerte, soy caos. Soy la paz entre la lucha, la guerra entre tus brazos. Soy egoísta, ¿artista? egocéntrico. Te aprecio, musa del desprecio, de la locura transitoria, del dolor constante. Te detesto, demonio apestoso, tosco y repugnant

Llámame loco.

Aquí estás otra vez, envuelto en sabanas de llantos y empapado en tu sudor desgastado. ¿Acaso te crié para esto? ¿Acaso malgaste mi misero tiempo en convertirte en un don nadie, en un zarrapastroso que deambula por lugares tenebrosos, no en el callejón, no intoxicado por ese licor tan aromático, no, deambulando solitario por los rincones de su mente, como si allí fueses a encontrar algo?. ¿Qué se te perdió pequeño renacuajo? ¿Quizá la ilusión? Estás acabado, sufre por dentro y resígnate a vivir desabrigado, observando como los abrigos de pieles prefieren a humanos más fuertes y sin corazón, con coraza y sin remordimientos. No estoy hablando de metáforas elaboradas o burdos cuentos, estoy hablando de la verdad, y la verdad, sí, la verdad solloza en su habitación cual adolescente enamorado. Vida, si me vas a dar amor que no este muerto y si me vas a dar control que esté descontrolado, llámame loco pero te prefiero desvestida.

Esa gente.

¿Me hablas a mí? ¿Tú? ¿Anclado en tu egoísmo? ¿En tu misera existencia? Eres de esa gente que vaga, que almuerza con Dioses Y peca aleccionando. Esa gente que mama del placer Y se acuesta con la pesadumbre. ¿Lloráis? Cuesta ser personas de vez en cuando... Sois escoria putas ratas, Navegáis en mares de desechos Y camináis entre el precipicio humano. ¿Qué Dios me va a salvar? Mi único Dios me lo arrebatasteis, Despreciasteis mis valores Y escupisteis en mi cara. La libertad que adoraba se  esfumó, Quedando solo las cenizas y sus fantasmas, Y ahora, aquí estoy, clamando a la desolación, Pues jamás seréis vosotros quienes me guíen, Podéis reiros, robarme, hacerme daño y arrebatármelo todo, Podéis porque nadie os lo impedirá, Pero me da igual, todo llega, y aquí estaré, Quemado y magullado, escribiendo, Dejando una huella que vosotros manchasteis, Pues a los reyes no se les adora, No. Se les corta la cabeza.

Navegando.

Navego entre el estiércol y la pesadumbre, entre la voz y el silencio, Entre el corazón y el infierno.

Lágrimas cortadas.

¿Alguien me escucha? Sí, ahí, en la penumbra, en la sombra de mi nombre, en el amanecer de la luna. ¿Alguien me entiende? Digamos que sí, entre la tundra, entre el anochecer del hombre, en la vejez del cuervo. ¿Alguien habita cercano a mí? Sorpréndeme sin asustarme, sin olisquear mis miedos ni mecer mis entierros. No soy aquello, no soy lo nuestro. Soy un viajero solitario, un lobo hambriento. Carezco de agilidad, de voracidad o fortaleza. Soy un esquimal olvidado, un recuerdo amargo, un sendero sin pisar. Vivo en la nitidez de amar, de apresar lo nostálgico, lo pasado. Apenas comprendo, apenas aprendo de vuestras doctrinas, de vuestros deseos opresores. No soy alumno, ni vosotros profesores. No soy soldado, ni vosotros generales. Soy un simple aldeano de la ciudad de la calidez, de la bondad y la sencillez. Soy algo más que un humano, que un profano siervo. Soy miembro de mi clan, de mi verdad artesanal. No soy un mentiroso huésped, ni un de

Montañas en mi mente.

Nadando entre excusas, entre dudas y causas. Caminando junto a penurias, ruinas y fantasmas, buscando la calma de una casa, de una habitación calurosa y el frío de unos labios abstractos. Busco harapos que coleccionar, caricias que sorprender y besos que dar. Busco ser valiente en el barco de tu hermosura, cobarde en el mar de tus lágrimas y espontáneo en el recuerdo de tu soledad. Busco encontrare sin buscar, sin soñar más de lo que soñé. Beber de tus latidos y pálpitos. Añorar senderos perdidos en montañas que nunca pisé.

La vida es una mierda.

La vida es una mierda, pero peor sería no vivirla.