Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2018

Edad.

La edad me pesa, Como problemas en brazos. Las cagadas ya no se olvidan Convives con ellas.

Crisis.

Me falta el aire. El baile comienza Y la miseria se lee en braile. Muestro desaire a la paciencia Y la violencia encarnece mis penurias. Nadie escucha, oyen. Como tú o yo cuando olvidamos. Cuando lloramos bajo la luna, Cuando rezamos a la pluma. No encontramos ni buscamos. Somos seres apagados, Esclavos de la vida, Refugiados que sueñan con la muerte. Soy un pobre amante, Errante y soñador. Orador e ilarante cantante sin voz. La perdí fingiendo ser feliz, Durmiendo en un vagón, De un tren que se me escapó Caminando por Madrid. Difícil de entender las metáforas De un vulgar poeta, Que tan sólo ansía acostarse Y levantarse con la conciencia tranquila.

Pájaros en la mente.

Tirado en la cama, llorando de rabia, de impotencia. Nadie llama, nadie consuela, nadie le da importancia. Será por vagancia, será por esa llama que calienta mi indecencia. Será una canción, será una ilusión. Será tu vientre que está lejos de mi alcance. Sueñas con que me abalance o sueño con que lo sueñas, ya nadie sabe. Ojalá entendieras mi terror, mi impaciencia. Mi fulgor, mi tendenciosa presencia. Mi temor, mi sinuosa esencia. Soy un mal pintor, un gran farsante. Me acusaste y no supe esquivar, desviar los dardos que lanzaste. La vida no concluye, transcurre. Estoy apagado, sin luces. Perdí la inspiración, el corazón y la perspicacia. Solo soy un loco, un payaso, un acróbata del tacto. Un manso león. ¿Qué quieres oír? Yo escribo para mí. Para la voz que tose en mi interior. Que llora en la oscuridad del día y ríe en la luminosidad de la noche. Escribe él, escribo yo. Déjame posar, narrar. Déjame ser y ya se verá.

Algo que decir.

Echaba en falta tu tacto tu sexo abstracto.  Echaba en falta tu retrato, tus besos contestatarios.  Necesitaba hablarte claro, conversar, tener contacto. Necesitaba gritar, aplastar tu trato. Relatar, recitar tu rapto.  La prisión en la que vivo en la que habito y no salgo. Soy un llanto, un delito.  Soy un errante, un delirio.  Un fantasma que deambula por tu ombligo, que sueña con cantar, pintar o relatar un escrito. No soy más, no soy menos, es tu don lo que me hace ser. Lo que crece dentro,  lo que me hará envejecer. No quiero ejercer, quiero practicar, decorar, sollozar lento y volverte a ver. Quiero hablar sin contar, sin pensar en nada, sin ataduras. Quiero que muera la cordura, enterrar el cerrojo  para que no haya prisión, tan solo un salón donde morir ahogado a causa de la culpa y el dolor. Quiero hablar contigo, soltar aquello que tengo dentro. Ser mejor, aguantar. Hablar con alguien que me escuche que me sedu

Callado.

Estoy callado. Angustiado, observando. Estoy callado, Amando, llorando. Estoy callado, cayendo, susurrando algo que por supuesto no oyes. Estoy callado. Mudo y desolado. Estoy callado. No quiero más reproches. No quiero más dolor, a pesar de este tremendo ardor en mi pecho. A pesar de este ardor en mi cerebro causado por mi incansable deseo, por mis principios y mi amor. Estoy callado. Expectante y sin esperanzas. Callado en soledad. Callado en este gran mar. Perdido en su marea. Perdido en su infinidad. Solo y drogado por el recuerdo de tus labios. Callado, estoy callado. Te adoro, te amo. Te admiro, te añoro, pero estoy callado. En silencio, en la oscuridad. En silencio, en mi dolor. Aprendiendo a salvar. Aprendiendo a ser mejor. Callado. Estoy callado.

Solo.

Solo. ¿Cómo estás? Solo. Te veo triste, apagado. Te veo.. Solo. Te veo apagado, cansado. Te veo... Solo. Harto de te amos fingidos. Harto de estar... Solo. ¿Dónde quedó tu mirada? ¿Acaso sigues...? Solo. ¿Y tu corazón? Solo. No lo entiendo. ¿Por qué estas...? Solo. ¿Qué hiciste? ¿A quién perturbaste? ¿Quién te hizo estar...? Solo. Escuchaste sus pisadas, sus errores y aun así sigues... Solo. Su voz resuena en tu mente y sigues... Solo. Su piel aun te condena y apresa. ¿Por qué? ¿Por qué estás...? Solo. Nada te vale, sigue aquí o no está, pero sigues... Solo. Conoce tus delirios, tu vida, tu hogar, pero estás... Solo. Duerme en tus sueños y te besa sonámbula. ¿Y qué? Sigues... Solo. Calienta tus noches íntimas con su figura. Solo. Enfría tus problemas. Solo. Conversa con tus fantasmas y los aleja. Solo. Maneja cada abrazo, cada palabra. Solo. Arremete contra mis inseguridades, contra mis penurias. Solo. Siempre solo. Siempre recordando su pelo, sus

Apatía sonámbula.

La vida es un espectáculo, Un amasijo de risas y burlas. La vida es un escenario. Un reducto de engaños y maldad. No consiste en ser, ni encontrarse. Todo se reduce a mostrarte, en abrazar a la imagen. No consiste en desarrollarte. Todo se reduce a fingir, a mentir sin que te descubran. El talento se reduce a descubrir un camino, las reglas de un juego macabro. El talento no es más que olvidar, olvidarte de ti mismo. Ser con lo que ellos se ríen o lloran, ser un producto fresco, ser una fotografía. El talento es sonreír llorando, guardar tu ansia y tu rabia. El talento es apresar la cordura y liberar las cuerdas del payaso. El arte es apreciar lo imperdonable. Olvidarte de lo que fuiste y crear un fantasma. El arte es descubrir la farsa y seguir subiéndote la falda. El arte es morir. El arte es olvidar. El talento de no soñar, de aceptar. ¿Dónde estoy? Te has ido. ¿Dónde estoy? Me he perdido. Estoy marchitándome cual rosa de bestia. Esto