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Ella, mi hogar perdido.

No sé ni como empezar... Las noches ya no son lo que eran, ya no está tu aroma en la cama, se evaporó como el agua en uno de esos días de sol y, lo peor, es que me estoy convirtiendo en una persona friolera, quizá tan solo tuviese calor con tu cuerpo soñando a mi lado. El viento ya no sopla igual, las nubes no me consienten con sus dibujos. Las noches son largas y los días tristes como una lenta melodia a piano. La distancia me tortura con su infinita verdad, mientras que mi hogar seguirá siendo el tuyo, por muy lejos que estés. Siempre serás la casa que nunca tendré. El cuadro que siempre quise dibujar y no pude, porque, por desgracia, con las palabras no se puede pintar. Soy presa de una vida, de un cauce, errante como un planeta, que aunque encuentre su camino entre camas de papel y sueños en blanco, siempre le faltará la tilde que se esconde bajo tu piel. Quizá lo que más me duela no es el fallo, ni que tus sentimientos hacia mí se hayan perdido entre la niebla de mi incompete

Nueve días. Nostalgia #4.

¿Estás ahí? Estoy helado… El invierno llego temprano, Y no sentí tus dulces pasos. ¿Fuiste con el viento, ave mía? Yo seguí por el mar de llamas, Somnoliento, soñando en ti. ¿Estás aquí? Estoy muy frío. Se fue el tiempo, lo sé, Y aun así, solo un abrazo…      

Nueve días. Nostalgia #3.

Ayer paseando me vi. Yo estaba ahí, soñando, Sentado en la barandilla. Yo no sentí que yo llorase. Estaba ahogado, iracundo. Pero… ¡Feliz! Yo, no sufría. Anonadado pregunté: ¿Estás aquí? ¿Aun eres yo? Fui observado y me esfumé.  

Nueve días - Nostalgia #2.

Hoy escuché una canción. Una de esas que te remueven Y hacen creer que nada se fue. Hoy me besas, lo sentí. ¿Lo puedes ver?, es ese teatro, Hay estrellas en los móviles. Habla de barrer los problemas Y las peleas se esfuman Cuándo perder ya no es opción.

Nueve días - Nostalgia #1.

Alma fría, noche sin luna. Dulce recuerdo noctámbulo que día a día me acompaña.  Triste duelo, largo y pesado. Triste herida que acampa  bajo el suelo de mi hogar.  Sirena afligida no canta.  Sirena, sin velo ni voz,  murió, querida, en otro mar. 

Folio en blanco.

Hace mucho tiempo ya. Hace mucho que no pisaba este papel. Hace mucho que no lloraba en él. Hace mucho que no acariciaba su piel. Hace mucho tiempo ya, tanto que ni mis palabras se rozan, tanto que no recuerdo como se escribía. Hace tantísimo tiempo que, lo mismo, aun lloraba por ti. Me arrepiento de no haber sido más astuto, de no haber dejado miguitas de pan en el camino. Pero, a veces, para encontrar el camino de vuelta hay que perderse primero. No gritéis. No sudéis. No pienso rimar, no pienso narrar. No es para vosotros. No es un poema. Solo quiero reencontrarme con aquel niño miedoso. Aquel personaje que ya ni me representa y que tanto echo en falta. Aquel pequeño ser que jugaba a construir mundos sin siquiera ser capaz de abrir la boca en el suyo. Aquel diminuto hombrecillo que soñaba con las estrellas sin siquiera ser capaz de alzar la vista cuando le hablaban. ¿Y ahora qué? He cumplido uno de tus sueños, incluso varios. Apena

Ahí estaba ella.

Ella estaba ahí, de pie, mirándome, cansada de su vida, esperando una respuesta, una razón para que yo la diera un beso. Ella estaba ahí, sin nadie, cansada de parpadear, de esperar un cariño, de aguantar a niños. Ella estaba ahí, soñándome, con miedo pero valiente, recordando como ardía su piel, añorando el tacto que eriza. Ella estaba ahí, paciente, queriendo que la quieran, que la sientan, que la echen en falta. Ella estaba ahí, conteniéndose ante mis miradas, buscando que la deseen, sin querer ver más estrellas. Ella estaba ahí, volando, con pájaros en sus párpados y peces en su mente, aclamando un cumplido en su vientre.

A veces.

A veces la veo Como un fantasma Tras la oscuridad. A veces eres tan real Como lo son mis manos, Mis palabras o mi pena. A veces creo que aún sigues aquí, Como si jamás me hubiese ido, Como si pudiésemos compartir la cena. A veces no lloro y sonrio Pero mis lágrimas brotan dentro de mí Muriéndose lentamente de frío. A veces te volvería a amar Como te amo ahora mismo Para que la indiferencia te abandone. A veces solo me quedaría mirándote, Como un niño chico Que admira cada horizonte tras tu piel. A veces solo quiero volverte a ver, Tan solo una vez mas Un segundo que jamás olvidaré.

Una vez soñé que te perdía (y te perdí).

Subí a la cima, te observé dormida,  contemplé tus lágrimas, admiré tus hoyuelos, te recité poesía, te narré una historia, aprendí de tus miradas, de tus risas escondidas. Soñé que te perdía, desperté muerto en vida deseoso de regresar bajo tus sábanas y llorar tu pérdida.  Esconderme bajo tu manto, esperando un abrazo puro que no envejezca como nuestros cuerpos. Perdí la fe y la recuperé por ti, recorrí el infierno con miedo a verte en él. Recorrí el frío fuego del abismo para agarrar tu mano,  recorrer tu espalda con mis dedos  y dedicarte un libro que jamás escribiré.  Sé que ya no estás ahí, que aunque sigas caminando tus pasos ya no van junto a los míos. Sé que me olvidaste a la fuerza que no quieres saber de mí. Sé que no añoras mis abrazos ni mis caricias, que tan solo piensas en ser feliz. Sé que te mereces lo mejor  y que yo, poco tengo que escribir en una historia de la cual desaparecí.  Sé que mi sombra no te

Cansado.

Estoy cansado de hablar de amor, de recitarte versos que jamás escucharás, para que al final, lo importante se derrumbe. Estoy cansado de este mundo, de este sistema que nos pervierte y aunque luches, jamás eduque. Estoy cansado de aceptar, de tolerar y asumir que es lo que es, cuando al final a nadie le seduce. Estoy cansado de no ser yo, de no poder crecer sin seguir su lumbre. Estoy cansado de vivir sin vivir, de caminar sin querer y de escalar sin jamás llegar a la cumbre. Estoy cansado de observar que la verdad está ante nuestros ojos y el mundo es de quien la espada empuñe. Estoy cansado y no quiero dormir, quiero reír, soñar, follar, sentir, y no asumir que todo es un embuste. Estoy cansado de arrodillarme, de observar estrellas que nunca tocaré, mientras otros solo quieren que boca abajo me tumbe. Estoy cansado de llorar vivo cuando los muertos sonríen a mi llanto, esperando que una lápida me oculte.

Soñándote despierto.

Se me olvidó escribir, ya van dos o tres sin ti, y el tiempo pasa efímero, como una flor que se regala. Así se fue, por no regarse, así se fue. Ya no quedan palabras, ni rimas o poesías mal escritas, como no quedan lágrimas, ni montes, ni colinas. Ya no quedan esperanza ni oraciones dañinas. Ya no queda más que tu olor en el aire que se empeñan en que respire. Ya no queda más que tus parpados cerrados bajo el manto de mi brazo dormido. Ya no queda nada, tan solo un recuerdo donde nadar y esperar que no me ahogue. Ya solo quedan las palabras que quizá no dijiste, los actos que siempre quise. Ya solo queda tu mirada ilusionada envuelta en la inocencia de quien no observa ningún futuro posible. Ya no queda más que páramo helado, ya no queda más que tiempo errado. Ya no queda más que un silencio incomodo, una respuesta cruel y desconsoladora. Un amor que se transformó en odio, o un amor que de tanto amar no entendió la perdida. Un amor que confundió el camin

La felicidad en la tristeza.

La inspiración volvió, como tu llanto, como tu canto. Será que todo está bien, será que todo está mal. La inspiración volvió, y con ella la paz, el dolor y la sangre. La inspiración sanó, mi corazón emigró y olvidó el sabor de la vida. La inspiración sanó en mi corazón dañado, regresó a su esencia, regresé a la infancia. No todo es fácil, la indiferencia se adueña, la guadaña no me atormenta y la apatía me acompaña. Nada me atormenta, nada me aprisiona. Estoy solo bajo mi manto, bajo la esperanza, bajo la tormenta. Nada me amedrenta, nada me alegra. La inspiración volvió y con ella la responsabilidad. Ahora los errores los pago yo, pero nadie me cuestiona. La inspiración sanó y con ella podría decir que yo, pero no, nada en mí regresó, todo está muerto. Tan solo existe vacío, perdida y lágrimas secas.

Por fin.

Necesito dormir, Olvidar, Volver a respirar Y comenzar a vivir. Necesito no pensarte, Olvidar, Regresar a mi hogar Y dejar de cansarme. Necesito una palabra, Olvidar, Salir de esta espiral Y equilibrar mi balanza. Necesito ser yo, Olvidar, Volver a nadar Y recordar mi color. Necesito callarme, Olvidar, Amar Y volver a expresarme. Necesito ayuda, Olvidar, Odiar Y no tener más dudas. No sé quién soy, No se a donde voy. Solo se que estoy perdido, Y a pesar de las novelas, Yo no tengo otra respuesta, Tan solo una pregunta Que me tortura y juzga. Tan solo necesito ayuda, Tan solo necesito gritar, Pues no hay palabra que escuchar, Ni lágrima que limpiar Tras la arañada coraza Tras mi piel blanda. Tan sólo quiero poder dormir Y, por fin, no volver a despertar.

Hazlo lento.

Acariciame lento Para que te pueda ver. Bésame suave y sin miedo Para que pueda volver a creer.

Noches largas.

Mi cabeza da vueltas Como las manecillas de un reloj. Soy yo que no acierto, Soy yo que no acepto La verdad de este mundo atroz. Sigo jugando a ser dios, A crear mundos, Seres corruptos y ocultos Bajo el yugo de las cuerdas. Sueño que dibujo Tras el manto de un piano Moribundo y robusto Dulces cuadros De mil almas muertas. No soy trágico ni dramático, Tan solo un ser más Que habita obligado En un mundo sarcástico, Apático y cruel. Donde las mujeres son tuertas Y los hombres no ven. Un mundo ártico, Ruin y sin puertas Para el hombre de bien. Vivo solo, cansado de la gente, Afligido por el presente Y lo que debo hacer. Tan solo canta mientras duermo, Leeme algún cuento suelto Para que al cerrar los ojos, Tan solo la nada me arrope mientras sueño Que jamás existió el ayer.

Tierna mirada.

Tu mirada era cálida, mesurada e impaciente. Timida y solemne. Tu mirada era árida, Cuál duna solitaria En el desierto de tu voz. Tu mirada súplicaba silencio, Paciencia y tacto. Tu mirada dormía intacta, Mientras mi eco sonaba abstracto. Tu mirada dibujaba recto, Queriendo volcar en llanto. Queriendo huir, Queriendo vivir Bajo sábanas y abrazos. Tu mirada viajó lejos Y no se encontró, Se acercó lento Pero no me reconoció. Tu mirada no me descubrió. Se esfumó pálida. No se inmutó, No percibió mis sentimientos. Me abandonó rápida, Sin temor ni remordimiento. No fui capaz de decir adiós Y tan solo quedó el recuerdo.

El placer de tu compañía.

Tras las persianas hay un balcón, un balcón hacia tus piernas somnolientas. Te observo desde la ventana, inmerso, pervirtiendo mis recuerdos. Revuelto en pensamientos perversos. Reservando cada palabra, cada mirada, cada caricia y cada sonrisa valiente. Te observo ardiente, impaciente por tu lírica, por tu incansable inocencia. Solo miro tu indecencia, tu soberbia belleza. Observo y asimilo cada palmo que esconde tu ombligo. La línea infinita, entre lo bueno y lo maligno. El placer de tu sonrisa, de tu benévola indiferencia. No quiero ser decente, no quiero renunciar a nuestro presente, tan solo susurrarte palabras, rimas abstractas y soñar sin contenerme. Entender el idioma de tu piel, besando cada palmo de tu vientre. Besarte sin miedo a perder, perdiendo la guerra en oriente. Navegar entre la arena invisible de tu mente, mientras enciendo mi ser. Andar por los mares tras tu sien y resolver el enigma que oculta tu ente. Vente y lloraremos, reiremos, e

Yo ya no sé.

Ya no sé explicarme,  mostrarme, exponerme.  Ya no sé componer,  desprenderme, contenerme. Ya no sé,  consoladme. Ya no sé, ayudadme. Ya no sé, ¿y qué más da? Ya no sé, y a nadie le importa ya.  Preparadme para el fuego, la ira y el consuelo. Abrazadme.  Falto de cariño, caído en el abismo, en la oscuridad, en la soledad del pesimismo. ¿Apatía? ¿Quién habla ya de eso? Yo ya no sé, pero no hay valía, solo deseos. Pobreza de alma y poemas correctos.  Falto de interés, hasta arriba de estrés, de miradas perdidas, de recuerdos perdidos y con la vida del revés.  ¿Alguien me escucha?  ¿Alguien aún lucha? Yo ya no sé. Quizá me perdí entre la lluvia de abril. Quizá solo sufrí, y solo me fui.  Quizás nunca estuve aquí y solo transcurrí.  Quizás, o quizá solo me dormí. 

Edad.

La edad me pesa, Como problemas en brazos. Las cagadas ya no se olvidan Convives con ellas.

Crisis.

Me falta el aire. El baile comienza Y la miseria se lee en braile. Muestro desaire a la paciencia Y la violencia encarnece mis penurias. Nadie escucha, oyen. Como tú o yo cuando olvidamos. Cuando lloramos bajo la luna, Cuando rezamos a la pluma. No encontramos ni buscamos. Somos seres apagados, Esclavos de la vida, Refugiados que sueñan con la muerte. Soy un pobre amante, Errante y soñador. Orador e ilarante cantante sin voz. La perdí fingiendo ser feliz, Durmiendo en un vagón, De un tren que se me escapó Caminando por Madrid. Difícil de entender las metáforas De un vulgar poeta, Que tan sólo ansía acostarse Y levantarse con la conciencia tranquila.

Pájaros en la mente.

Tirado en la cama, llorando de rabia, de impotencia. Nadie llama, nadie consuela, nadie le da importancia. Será por vagancia, será por esa llama que calienta mi indecencia. Será una canción, será una ilusión. Será tu vientre que está lejos de mi alcance. Sueñas con que me abalance o sueño con que lo sueñas, ya nadie sabe. Ojalá entendieras mi terror, mi impaciencia. Mi fulgor, mi tendenciosa presencia. Mi temor, mi sinuosa esencia. Soy un mal pintor, un gran farsante. Me acusaste y no supe esquivar, desviar los dardos que lanzaste. La vida no concluye, transcurre. Estoy apagado, sin luces. Perdí la inspiración, el corazón y la perspicacia. Solo soy un loco, un payaso, un acróbata del tacto. Un manso león. ¿Qué quieres oír? Yo escribo para mí. Para la voz que tose en mi interior. Que llora en la oscuridad del día y ríe en la luminosidad de la noche. Escribe él, escribo yo. Déjame posar, narrar. Déjame ser y ya se verá.

Algo que decir.

Echaba en falta tu tacto tu sexo abstracto.  Echaba en falta tu retrato, tus besos contestatarios.  Necesitaba hablarte claro, conversar, tener contacto. Necesitaba gritar, aplastar tu trato. Relatar, recitar tu rapto.  La prisión en la que vivo en la que habito y no salgo. Soy un llanto, un delito.  Soy un errante, un delirio.  Un fantasma que deambula por tu ombligo, que sueña con cantar, pintar o relatar un escrito. No soy más, no soy menos, es tu don lo que me hace ser. Lo que crece dentro,  lo que me hará envejecer. No quiero ejercer, quiero practicar, decorar, sollozar lento y volverte a ver. Quiero hablar sin contar, sin pensar en nada, sin ataduras. Quiero que muera la cordura, enterrar el cerrojo  para que no haya prisión, tan solo un salón donde morir ahogado a causa de la culpa y el dolor. Quiero hablar contigo, soltar aquello que tengo dentro. Ser mejor, aguantar. Hablar con alguien que me escuche que me sedu

Callado.

Estoy callado. Angustiado, observando. Estoy callado, Amando, llorando. Estoy callado, cayendo, susurrando algo que por supuesto no oyes. Estoy callado. Mudo y desolado. Estoy callado. No quiero más reproches. No quiero más dolor, a pesar de este tremendo ardor en mi pecho. A pesar de este ardor en mi cerebro causado por mi incansable deseo, por mis principios y mi amor. Estoy callado. Expectante y sin esperanzas. Callado en soledad. Callado en este gran mar. Perdido en su marea. Perdido en su infinidad. Solo y drogado por el recuerdo de tus labios. Callado, estoy callado. Te adoro, te amo. Te admiro, te añoro, pero estoy callado. En silencio, en la oscuridad. En silencio, en mi dolor. Aprendiendo a salvar. Aprendiendo a ser mejor. Callado. Estoy callado.

Solo.

Solo. ¿Cómo estás? Solo. Te veo triste, apagado. Te veo.. Solo. Te veo apagado, cansado. Te veo... Solo. Harto de te amos fingidos. Harto de estar... Solo. ¿Dónde quedó tu mirada? ¿Acaso sigues...? Solo. ¿Y tu corazón? Solo. No lo entiendo. ¿Por qué estas...? Solo. ¿Qué hiciste? ¿A quién perturbaste? ¿Quién te hizo estar...? Solo. Escuchaste sus pisadas, sus errores y aun así sigues... Solo. Su voz resuena en tu mente y sigues... Solo. Su piel aun te condena y apresa. ¿Por qué? ¿Por qué estás...? Solo. Nada te vale, sigue aquí o no está, pero sigues... Solo. Conoce tus delirios, tu vida, tu hogar, pero estás... Solo. Duerme en tus sueños y te besa sonámbula. ¿Y qué? Sigues... Solo. Calienta tus noches íntimas con su figura. Solo. Enfría tus problemas. Solo. Conversa con tus fantasmas y los aleja. Solo. Maneja cada abrazo, cada palabra. Solo. Arremete contra mis inseguridades, contra mis penurias. Solo. Siempre solo. Siempre recordando su pelo, sus

Apatía sonámbula.

La vida es un espectáculo, Un amasijo de risas y burlas. La vida es un escenario. Un reducto de engaños y maldad. No consiste en ser, ni encontrarse. Todo se reduce a mostrarte, en abrazar a la imagen. No consiste en desarrollarte. Todo se reduce a fingir, a mentir sin que te descubran. El talento se reduce a descubrir un camino, las reglas de un juego macabro. El talento no es más que olvidar, olvidarte de ti mismo. Ser con lo que ellos se ríen o lloran, ser un producto fresco, ser una fotografía. El talento es sonreír llorando, guardar tu ansia y tu rabia. El talento es apresar la cordura y liberar las cuerdas del payaso. El arte es apreciar lo imperdonable. Olvidarte de lo que fuiste y crear un fantasma. El arte es descubrir la farsa y seguir subiéndote la falda. El arte es morir. El arte es olvidar. El talento de no soñar, de aceptar. ¿Dónde estoy? Te has ido. ¿Dónde estoy? Me he perdido. Estoy marchitándome cual rosa de bestia. Esto

Otro día más en esta oscura habitación.

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Mi cabeza, me está volviendo loco. Algo hay dentro de mí que quiere salir, alguien que quiere escupirme en la cara. No sé, creo que me estoy volviendo loco. Duermo y sueño con el siguiente libro, la historia, las conexiones, el trasfondo y como cada personaje refleja una diminuta parte de mí. Todo me parece una obra de arte, como un cuadro que te cambia la vida, como un mensaje oculto en aquel libro de tu infancia. Y, entonces, como si nada, todo es una mierda, todo vuela y se marcha, Tengo ganas de tirar el ordenador al suelo, pisotearlo, arrancar las páginas escritas que se esconden tras esa pretenciosa pantalla. Quiero arrancarme cada uno de los pelos de mi cabeza y entonces su cara se refleja en mis pupilas, como una señal, como una insinuación de que se irá con otro, que no eres suficiente, que te pudres en el mismo sitio y tu vida no evoluciona. Entonces, las pasiones afloran en mi piel y el deseo me consume lentamente. Me muerdo los dientes, aprisiono mi naturaleza y bebo,

Nada más.

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Necesito un escondrijo.

Siempre me he preguntado hacia donde va mi vida, y siempre que me lo he preguntado ha sido porque iba como el culo. Quizá siempre haya sido una forma de autoconsolarme o simplemente una forma de justificarme, de tomar los problemas como un ente ajeno a mi responsabilidad que me causa constantes desgracias. La verdad es que no he llegado a ninguna conclusión clara, solo sé que todo es una mierda, me levanto sin ganas de despertarme y me acuesto sin ganas de dormir. Todo aquello en lo que he puesto esperanzas o se me ha dado bien - si puedo decir que algo, alguna vez, se me ha dado bien - ha sido un completo y absoluto desastre, ya sea por mi culpa o por la azarosa y cruel respuesta de una vida que me ve como un simple clavo al que apalear. No puedo evitar pensar que en mi interior hay mucho cariño y amor que dar, mucho que expresar, por eso a veces hablo como un niño intentando llamar la atención para ver si algunas de mis palabras captan el interés de la gente y se sientan a mi lado co

Triste y apagado.

Cuando el día es gris, Y la noche es oscura, La luna tan solo alumbra La tristeza que hay en mí.

Me gustaría escribirte algo.

Me gustaría escribirte algo, un poema o una frase, una palabra o una línea. Algo que inspire y te recubra, te proteja y te seduzca. Un dibujo en tu cintura, prosa moribunda, poesía nocturna. Una silaba en tu espalda cansada en tu piel rosada, en tus labios hambrientos. Me gustaría ser algo más, una canción que te haga bailar, una película que te haga llorar. Un hombre que sostenga tus pétalos, un niño que te haga sonreír. Un viejo que te cuente historias, que te mantenga en vilo, que riegue tu raíz. Quiero coser tus heridas, aquellas que no se ven, que con mi imprudencia abrí. Quiero vestirte con la libertad de saber que no necesitas volver la cabeza pues nunca fallaré. Quiero escribir promesas con la sangre de mis venas. Quiero escribir historias que te convenzan, que te hagan flotar. Quiero que no vuelvas a llorar si no es de alegría. Quiero dejar huella en tu mirada, en tus pupilas. Quiero que nos olvidemos de la vida, de la muerte y de lo mundano,