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Mostrando entradas de febrero, 2017

Espina.

Dicen que caminas despacio, que te desenvuelves entre las hiervas bajas de mi mente, que acaricias con tus tentáculos verbales cada pliegue de mi alma. Dicen que deambulas por las sombras y cosquilleas mi nuca cando quieres aflorar, estás ahí, relatas cada memoria, cada acto, pero te escondes, sí, te escondes en un cuerpo incapaz de sostenerse, incapaz de maniobrar. Eres cobarde porque temes la verdad, temes que la gente vea lo que realmente eres. No temas, nadie te verá, nadie sabrá jamás quien eres porque yo cuido de ti, a pesar de tus ataques y arañazos, a pesar de tus patadas y horribles actos, jamás revelaré tu existencia, estarás ahí, pegada a mi corazón como una espina incapaz de salir, pues es inútil, jamás me harás sangrar.

El mundo esta podrido. Aplausos cancerígenos.

Esto no es lo que suelo escribir, pero estoy harto. Siempre he preferido ausentarme de la realidad, deambular por las sombras del arte y cobijarme en los brazos de la palabra, la sociedad siempre me ha dado un poco igual, aunque no podemos negar que se está volviendo loca. No me apena la verdad, me la resbala, puede pudrirse, es lo que siempre han querido, lo que siempre han perseguido, pero lo que no voy a aceptar es que perturben mi único refugio ni el único refugio de los demás, podéis encarcelar a un país entero, podéis impedir que la gente folle con quien quiera de la manera que quiera, podéis impedir que la gente se desplace, incluso decidir quien es más digno al nacer y quien no merece existir, pero todas las palabras que digo son mías, no vuestras, todas las palabras que salen de la boca de los demás son suyas y de nadie más, aunque os joda, aunque sean hipócritas, incorrectas, horribles, me da igual, pero no os pertenecen, podréis insultarlos por hablar, podréis odiarles por s