Trabajos absurdos, poemas de mierda.

Nos controlan, nos torturan, nos manipulan, y lo peor, es que lo queremos así, no nos es suficiente con el desprecio, con las limitaciones, necesitamos que nos gobiernen, que nos transformen en mercancías, en esclavos de un sistema corrupto. Somos marginados por nosotros mismos, somos herederos del desprecio, del dolor. Soñamos con vidas igual de limitadas, delimitadas por una realidad opresora y materialista. Somos el cáncer de nosotros mismos y yo no puedo más, esto es despreciable, anclados en vidas inhumanas, inexpresivas, incomprensibles. Vivir por y para una sociedad egoísta y represiva que transforma ilusión en mercancía. Vivir sin vida, sin esperanza, pues se va agotando como si de gasolina se tratase, muere lentamente con tu cuerpo y deja un vacío enorme en lo único que vale la pena. No soy como ellos, no viviré como ellos.

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