¿Dónde estás?

¿Dónde estás?
Puedo respirarte,
tocarte,
sentirte.
Sin embargo...
¿Dónde estás?
Mi almohada recuperó la forma,
tu aroma, escapó por la ventana,
y tu sonrisa se largó con prisa.
¿Dónde estás?
No encuentro lógica,
ni verdad
en tu huida.
¿Dónde quedó el amor,
la fidelidad o tus promesas?
No hay cajón para tanto recuerdo,
ni colchón para mis lágrimas.
No hay razón ni dolor
que mengue tu ausencia.
No hay perdón al rencor
que atisbo en tus palabras,
en tu mirada gélida
o en tu corazón dañado.
No hay lugar donde esconderme,
aislarme o refugiarme,
pues hasta la cosa más minúscula
tiene tu nombre tatuado.
Te entiendo y te extraño,
te odio y te amo.
Estoy solo, con tus recuerdos volando
y con el terror en la mano.
¿Dónde estás?
¿Dónde quedó el amor?
¿Dónde quedó el pasado?
Vuelve a mis cálidos brazos,
al abrazo eterno,
a la devoción del ciego.
Vuelve rápido
o la espera me consumirá despacio.


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