Yo cada vez más simple, y tú más complicada.
Ayer te vi triste. Vi que no querías, que no sentías. Vi que tu rabia hablaba que tus insultos solo decían lo que tu alma anhelaba. Ayer sentí tu huida. Palabras de boca sangrante que acoge la hipocresía. Palabras que marchitan amor suicida. Ayer, entre tanta mentira, vi una persona que no veía, que solo hería. Ayer, sufrí tu vergüenza en mi piel quemada, atemorizada por tu prosa fría. Lloré y no quería, sufrí y no lo merecía. Solo pensé en ti y en cómo salvarte de ti misma. Quizá yo sea la razón de tu enorme herida. Quizá yo sea la razón del error de tu carácter. Quizá yo sea la razón y tú la culpable.