Yo cada vez más simple, y tú más complicada.
Ayer te vi triste.
Vi que no querías,
que no sentías.
Vi que tu rabia hablaba
que tus insultos solo decían
lo que tu alma anhelaba.
Ayer sentí tu huida.
Palabras de boca sangrante
que acoge la hipocresía.
Palabras que marchitan
amor suicida.
Ayer, entre tanta mentira,
vi una persona que no veía,
que solo hería.
Ayer, sufrí tu vergüenza
en mi piel quemada,
atemorizada por tu prosa fría.
Lloré y no quería,
sufrí y no lo merecía.
Solo pensé en ti
y en cómo salvarte de ti misma.
Quizá yo sea la razón
de tu enorme herida.
Quizá yo sea la razón
del error de tu carácter.
Quizá yo sea la razón
y tú la culpable.
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