No te quiero.
¿Ahora me ves? Lloras, y es por mi culpa. ¿Ahora me ves? Muerto en la penumbra, envuelto en cantos fúnebres, principios básicos, actores pobres, leyendo clásicos. Recitando versos, acariciando montes, construyendo cimientos, demoliendo puentes. Sosteniendo cuartos, rompiendo moldes, susurrando cuervos, sentenciando frases. ¿Ahora me ves? Corrupto por tus besos por tus lágrimas de infarto, tus mofletes eternos, tus manos de arcilla, tu piel blanquecina, mi sostén de cemento. ¿Ahora me ves? Acurrucado en llantos, en piscinas sin agua, en caricias sepultadas, en tediosos mantos. Atemorizado por el paso, por el tiempo rápido, por el colirio escaso, por el mundo antártico. ¿Ahora me ves? Sentado en la acera, conversando con la nada, escudriñando ideas falsas, jugando a ser muñeco de cera. Estoy ciego, amigo de mí mismo, enemigo de mi ruido. Estoy ciego. Corroído por lo probable, consumido por lo intangible.