Soy yo.

Mi habitación está helada
y ya no escucho tu llanto,
tu pesada carga en mi espalda.

Mi habitación me habla
y yo ya no tengo interés en escucharla
pues el tiempo pasa demasiado rápido.

Mi habitación me observa preocupada
esperando ilusionada que deje de estar apático,
que ilusa es si espera que yo cambie algo.

No soy nadie, una luz apagada
por el sufrimiento de tu esperanza,
de las ilusiones falsas
y los abrazos fingidos.

No soy algo, solo un barco hundido
entre los mares de tus lágrimas,
de tu esfuerzo malgastado
y tu deseo escondido.

Soy una palabra que baila sin calor
que sueña sin dormir
y que anhela ser escrita
en la piel de tu mirada.

Soy un verso sin rima,
un poema malherido.
Una canción susurrada
en la voz de un suicida.

Tengo tantos recuerdos que no olvidan...
Tantos escritos en la basura de la cocina...

Que asco de papel, de fantasía...
Que asco de pincel, que asco de mentira...

¿Me has abandonado?
¿Ha sido culpa mía?

No sé, no lo sé.
No sé si fue que huí
o fue que me quedé.
No sé si luché
o fue que me rendí.
Solo sé que amaba las mariposas
que atravesaban mi estomago.
Solo sé que amaba las heridas de mi rodillas
al caer frente a la verdad de tus promesas.

Soy yo, el fracaso llamó a mi puerta y le abrí,
decidí que se sentase a mi lado y le invité a café.
Le abrigué cuando tuvo frío,
le consolé cuando lloraba o se sentía afligido.
Soy yo el responsable de mi situación
del estancamiento de mi mente,
de la tristeza de mis ojos
y el desastre de mi habitación.

No es el tiempo quien pasa,
no es el tiempo el que se va,
soy yo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Trabajos absurdos, poemas de mierda.