Fin.
El escritor se quedó sin tinta.
Sin tatuajes en la piel, pero con palabras en la sangre.
Nombres que jamás olvidaré.
Cicatrices que amanecen cada anochecer.
Horas que no pasan pues no hay números que las manecillas puedan señalar.
Tiempo que ya fue y nunca será.
Besos olvidados, escalofríos que no se sienten.
Deseos que se convierten en prisión.
Canciones que me apaciguan el alma mientras la desidia invade mi mente.
Temblores mientras duermo, esperando lo imposible.
Emperador de lo inesperado, de la nada.
Gladiador sonámbulo, incapaz de día.
Dueño y señor del vacío, de lo inexplorado y del cansancio.
Indiferente, prosaico y nauseabundo.
Imágenes que dañan y torturan.
Imágenes que repelen y asustan.
Dolor incrustado que supura.
Siempre que escribo algo así me pregunto, ¿Cómo lo acabo? ¿Cuál es el final?
No hay final, ni comienzo.
Es crónico.
Persistente.
Permanece dentro de mí, devorado cada emoción, cada llanto intermitente.
Todos aquellos que se preguntan cómo comenzó todo, aludiendo a que nada existe sin principio, no entienden que hay cosas que son y nunca dejarán de ser, nunca no fueron sino que existen porque así debe ser.
Esa es mi carga.
No hay trauma ni herida primigenia, tan solo un dolor eterno que florece con la caída del sol y renace cuando la luna regresa a su hogar.
Es una serpiente que habita en el enorme río que rodea al mundo, mordisqueando su cola, entendiendo que no puede crecer más, ya es lo suficientemente grande.
¿Dónde quedamos nosotros?
No quedamos, no somos trascendentes, tan solo piedras en un camino sin asfaltar.
Gotas de agua en un inmenso océano, el cual se compone de miles de gotas como nosotros.
Llora y te escucharan, llora, pero, recuerda, hazlo solo una vez, pues su poder se agota.
Ríe y huirán de ti, pero, recuerda, cada vez más gente se te acercará.
Pero jamás, por muy loco que estés, hagas ambas a la vez, pues te tacharán de demente.
La gente odia las contradicciones.
La gente odia los contrastes.
Los odia tanto que no puede vivir sin ellos.
Los odia tanto que los ama, no entiende el mundo sin ellos.
No rompas sus esquemas.
Fin.
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