Me sobra vida sin ti.

Puedo ser un fantasma,
un idiota que no cambia,
que no vuela ni se arrodilla.

Un caníbal que deambula,
que no afronta ni se preocupa,
que no piensa ni medita.

Puedo ser un loco egoísta
que solo piensa en tus medias
sin ver las tiritas en tus piernas.

Puedo ser un cabrón pesimista
que nada por tu dolor,
por tu mirada apagada.

Puedo ser un mentiroso
que busca su pasión
y no se fija en tus lágrimas.

Puedo ser un dictador
que desperdicia su tiempo
y no se centra en tu corazón.

Puedo ser tantas cosas
que me aterra la idea,
me aterra que las veas
o las vivas.

Puedo ser tantas cosas
que me aterra que lo sientas
que llores por mis errores
o mis acciones.

Puedo ser tantas cosas
que me aterra que te las creas,
porque por suerte no soy así.

Solo pienso en tus caídas,
en tus delirios o caprichos,
en tus pasiones o lamentos.

Solo pienso en tu cuerpo magullado
y no en tu cuerpo perfecto,
en curar cada herida con mis dedos,
en recorrer tu cuello para liberarte.

Solo pienso en tu sonrisa,
en hacerte reír,
en hacerte mejor,
en condensar tu voz
y guardarla en un frasco de colonia.
En hacer de tu mirada una rosa
y en recorrer tu espalda con ella
para que sientas lo que siento yo.

Solo pienso en ti,
porque el amor no es egoísta,
es caprichoso,
pero no doloroso.
Es el corazón que explota,
es la razón que sucumbe
a la inocencia de tus labios rojos.
Es mi alma que se junta y te abraza,
es el perdón que navega en barco,
pues solo necesitamos remar,
que para besar ya tenemos los labios.

Sin ti, cada segundo es una tortura,
sin ti me sobra vida,
sin ti, me falta amargura.