7. Quiero la paz bajo tu manto. Diario de un fantasma.

Quiero medir la luna con los ojos cerrados
De la mano de aquellas personas que sienten por mí,
que me protegen y cuidan.

Quiero existir en mi mirada,
en las lágrimas de quienes nunca me hicieron daño,
en las sonrisas de quienes me traicionaron.

Quiero ser yo mismo y no el caos,
la fuerza que arremete y me perturba,
que me compadece y aprisiona.

Quiero ser menos tú y más yo,
como decía aquella canción,
como sentía al mirarte.

Quiero evaporarme en el fuego de quien me quiere,
despedirme de todos los que nunca estuvieron
y arrinconarme donde nunca estuve.

Quiero perderme en mi apatía y encontrarme,
compadecer a quienes me compadecieron
y olvidarme de la rima.

Quiero no tener que ser nunca más,
no sufrir por personas que no son nada,
que nunca dieron por salvarte.

Quiero querer a los que me quisieron
cuando yo no sabía querer
y aun así, todo lo di por ellos.

Quiero conquistar la sonrisa de quien siempre me conquista,
de quien a pesar de mis rarezas, me abraza,
de quien a pesar de mi fracaso, me ensalza.

Quiero a la gente que siempre a perdurado,
que jamás me dañó y, si lo hizo, lloró un mar,
luchando por volver conmigo y no sustituyéndome como si fuese un harapo.

Quiero follar sin pensar en mañana,
pero con quien siempre me deseó bajo sus sabanas,
sin excepciones ni excusas.

Quiero el cariño de quien lo dio sin que yo rogase,
que me abrigó en su hogar, sin condiciones y sin pedir nada a cambio,
pues fue el amor lo que propició el roce.

Quiero no necesitar querer,
que se acerquen y me den un suave beso en la mejilla,
pues quiero sentir que todo está en paz y algo tiene sentido.

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