Haz desaparecer mi sombra.

Hoy voy a hablar de algo que me perturba, me inquieta y adormece al mismo tiempo, ¿dónde quedaron los besos? Sí, esos besos que mostraban intriga, pasión o riesgo, esos besos que deambulaban por oscuros rincones o bellos jardines ¿Dónde están? ¿Los habéis visto en algún lugar? Es duro pensar que el amor se pervierte, se transforma. Ya no hay concepto alguno de futuro, de eternidad, todo es rápido, efímero, todo sucumbe ante los problemas más insignificantes. ¿Por qué? ¿Por qué ya no hay esos besos? Esos besos que calentaban con su ternura y no con su agilidad, esos besos que desvelaban, transformaban y enamoraban... Esos besos sí, esos besos que te hacían reír.

El amor esta muerto, la sociedad busca digerir fácil y rápido. El amor se vomita hoy en día, no se mastica, no se saborea. Es como dar mil sorbos de diferentes zumos buscando en cada uno el olor más aromático, sin saber que el olfato no está en la boca, que el amor hay que sentirlo y a las personas conocerlas, rebuscar y saborear la vida con ellas. Enamorarse no es cosa de un día, no es cosa de un flechazo ni de una pasión desenfrenada, eso es otra cosa, el amor es apoyo, es lujuria, es comprensión. El amor está dentro de ti, pero también dentro de la otra persona, y no sé puede vivir sin el amor del otro, sin la luz que el otro da, porque por mucha luz que tú mismo des solo podrás quitar tu sombra si alguien te alumbra. He sido solitario no lo niego, y posiblemente lo sigo siendo, pero te aseguro que duermo mucho mejor por las noches sabiendo que alguien soñara conmigo, que alguien me llamará al despertar y que esa persona me escucha cuando los demás solo me oyen. No necesito a nadie, pero a su lado, no necesito nada más.

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