Ojalá me miraras como antes.

Te miré y me respondiste con la misma intensidad, con esa ternura que ilusiona y llena el alma de cualquiera, incluso la mía, negra como el futuro de un animal que pronto será carne. Me miraste y yo me mantuve inquieto, envuelto en la impiedad de un cuerpo tan hermoso, tan inconfundible, tan divinamente profano. Aquella mirada me cautivo con su lívida mesura, mostrándome cada parte de tu endiosada cara, desde la comisura hasta el cabello caído cual ángel sobre la curva de tus hombros. Aun lo recuerdo, ese jersey que tapaba todo lo que yo ansiaba ver, aquel ropaje que ocultaba lo que algún día alcanzaría, lejos de tu piel, lejos de tu voz, tan solo tu alma inconfundible, el corazón de una mujer irremplazable. Y ahora… No hay alcohol que ilumine mi camino, no hay discurso, no hay conversación. Tan solo un vaso, una habitación que cada vez es más pequeña. Tan solo un recuerdo de un beso que se apaga y una canción que estremece mis sentidos. Unos ojos apenados, no por el dolor, sino porque se apaga la imagen de una mujer. Es triste la verdad, pensar que las cosas acaban, que por mucho que luches, que hagas todo lo posible tu cuerpo muera, tus ilusiones decaigan y la mirada se pierda en un recuerdo que no quiero olvidar.
Hay cosas que no quiero olvidar…
Hay cosas…
Hay cosas que no deberían de acabar.
Hay cosas…
Cosas que no puedo soportar.
Cosas que arrancan mi piel,
Mi corazón,
Mis emociones y mi vitalidad.
Hay cosas…
Hay tantas cosas…
No quiero pensar.
No quiero sentir.
No quiero vivir, no quiero nada.
Solo quiero revivir ese momento,
Donde tus ojos miran los míos,
Donde tus ojos siguen enamorados,
Donde no hay odio, donde no hay peros.
Solos ellos, los tuyos y los míos.
No hay ladridos,
No hay ladrillos,
No hay perros.
Solos tú, yo y el mañana.
Solos tú y yo…
Solos tú y yo….

Solo cuando aún me amabas… 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Trabajos absurdos, poemas de mierda.