1. Vagando por la transición. Diario de un fantasma.
Vago, buscando entenderme,
Explicándome a mí mismo las cosas,
Conversando con una pared.
Escribo apagado, vacío, sin saber por qué.
Anhelando una oscuridad perenne,
Que anule mis sentidos y deconstruya mi identidad.
Construyo ansioso los muros de mi piel,
Soñando con que mi yo me dejé en paz
Y sea al fin capaz de verme.
Hablo sin saber que decir, pues estoy perdido
En el mar de la costumbre, de lo perceptible.
Hablo y no sé por qué, tan solo soy, sin razón aparente.
Crezco y no soy más, solo respiro, follo y conspiro contra
mí.
Me miro mientras el espejo llora y arremete con su
intangible vaho,
Paciente, deseoso de no volver a desear.
Me contesto en silencio, sin esperar más respuesta
Que el rechinar de unos dientes cansados,
Devastados por estar tan lejos y tan cerca de algún beso
apasionado.
Mi corazón respira alegre, pues al escribir olvida
Y conspira contra la verdad, sin buscar ayuda, sin ensalzarse.
Solo quiere el silencio de otro latido al compás de su sangrienta
respiración.
Continuará, como cualquier cuento, como una vida que transita,
Pues me desconozco, anhelando no conocer lo que fui.
Cuando mi única razón es ser sin necesidad de haber sido jamás.
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