6. Huida. Diario de un fantasma.
Se fue, bien lejos, cargada de apatía e indiferencia,
Corroída por la esperanza que te otorga una posible
respuesta,
Abandonando todo aquello que yo representé algún día.
Se fue de mi vida, aplastando cada emoción, cada susurro del
pasado,
Constituyendo una única verdad, la tristeza del cansancio,
la imposibilidad de continuar con algo que no quiere aportar.
Se fue, con una nueva excusa, con una nueva razón para no
pensar en nada más
que en todo aquello que cubren las
fronteras de su piel,
Aislando cada beso externo, cada caricia, cada te quiero.
Se fue, mirando para dentro,
cerrando los ojos a
todo lo que alguna vez la sostuvo,
olvidando todo lo que alguna vez fue suyo.
Se fue sin rozar con sus labios mi alma indefinida,
Mi corazón apagado, y repleto de espinas
Que se mueren lentamente con una simple caricia de sus
manos.
Se fue con total libertad para equivocarse, con la
posibilidad de arrepentirse,
Construyendo muros donde nunca fue necesario,
Aislando todo aquello que quizá la resguarde de la lluvia en
el futuro.
Se fue y mi interior llora sin motivo,
A la vez que arde de rabia por sus pecados,
Condenando al cielo por haber creado un ángel tan caído.
Se fue y mi interior llora sin motivo,
A la vez que arde de rabia por sus pecados,
Condenando al cielo por haber creado un ángel tan bonito.
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