Amor comprado.

Llegaba por el mar, yo lo esperaba esperanzado, inquieto por su majestuosidad. Sí, allí a lo lejos la veía, con su cara envuelta en un fino velo, deseosa de tenerla entre mis brazos, pues tantísimo me había costado. Su belleza hacia sumergirse en la amargura a las princesas más bellas de mi reino y su dulzura era bálsamo para mis inquietudes, ella era única, pues por ello había pagado.

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