Dolor de ojos.

No sé ni porque coño estoy escribiendo ahora.
Para calmarte, para desahogarte.
¿Qué?
Que no tienes ni puta idea de escribir.
¿Y tú sí?
No, para nada.
Cállate joder, das puto asco. Estoy aquí tumbado, con los ojos doloridos de tanto llorar y tanto frotarlos, no sé para qué, no son una lámpara mágica, pero yo continúo y continúo.
Eres muy tonto, ¿lo sabías?
Dios… ¿para esto escribo?
Me encantan las preguntas retóricas.
En fin… Que necesito tranquilidad, necesito folios en blanco, pero el problema principal es que cuando escribo dejan de ser folios en blanco, y se manchan, se distorsionan, y hoy, por motivos varios, necesito que todo esté en blanco, todo.
Pues tócate.
Me das pena, ¿lo sabías?
Lo podía intuir.
Me siento pesado, agobiado, estresado, retórico y pasivo. Me siento humillado y despreciado, injustamente tratado.
Problemas del primer mundo.
Un problema es un problema.
Y una mierda es una mierda.
Te amo.

Yo también. 

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