Espejismo.

Me miré en el cristal y pude contemplar a mi otro yo, a la persona que despotricaba contra mi ser con el fin de destrozar mi autoestima y apoderarse de mi alma. Yo no pude hacer nada, tan solo me mantuve estático esperando que que la luz hiciese desaparecer a aquel espectro cruel.
- Tu alma ya es mía.
- Te equivocas, mi alma no la guardo yo, no está en mi posesión, mi alma... Mi alma es de ella.

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