Orejitas hermosas escuchar mis súplicas.

Son tus defectos, ordenados y complejos
Lo que hacen que mi amor sea exceso,
Excesivo aprecio por piernas recostadas
Y sueños acostados en tus pechos,
Los cuales, con aprecio y delirios
Transforman mi corazón en un secuestro.
Repleto de miradas atentas me sonrojo,
Y tú, tímida y complicada atentas contra mi cuerpo,
Granos y lunares mal puestos, poco corpulento.
Escultura abstracta que transforma tus sentidos
En amor camuflado, en estufa de verano,
En privado y sin público ocultos en tus riesgos.
Riego con mis caricias tu desnudez riendo,
Siento que muero y me resucitas,
Me suscitas y me muero,
Pues son tus manos quienes levantan
Quienes calman mientras amamanto,
Quienes me peinan y me atan,
Me confinan y ponen fin con sonrisas.
Es tu cabezonería y tu bello
Quien abre mi mente al tormento,
A la dulce ternura de la noche,
Y mientras llueve amo las persianas,
Pues se bajan mientras me muerdes,
Mientras me arañas sin reproche,
Sin enfados ni batallas perdidas,
Solo las estrellas y las miradas,
Aunque son tus orejas las que escuchan,
Las que luchan por amar,
Por sentir mi corazón palpitar,
Por respirar mi aire
Y soñar un ay,
Pues son susurros los que me hacen recordar
Que para morir tendría que olvidarte.

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