Te llamé.
Te llamé, te llamé desde lejos, esperando una respuesta, envuelto en una tragedia intestinal. Te llamé llorando, esperando un perdón, envuelto en una compleja realidad. Sí, te llamé, quizá no lo oíste pero te llamé, lo grite bien alto. Sí, seguro que no lo oíste, pero te lo confirmo, te llamé. Soy así, voy detrás de ti hasta en sueños, voy detrás de ti hasta encerrado en mi propia desidia, voy detrás de ti. ¿Lo escuchas? Yo creo que no, sé que no, ese es el problema.
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