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Mostrando entradas de abril, 2016

No le voy a poner ni título.

Ha sido un auténtico día de mierda, solo quiero llegar a casa y descansar. Hasta los cojones.

Enquistado.

Sobrio y triste, Dulce y perdido. Triste y aburrido, Amargo. Un chiste.

Etapas

Triste verano que acaba con la ruptura desastrosa de los árboles con las hojas. Así, desde la ventana, puedes contemplar como el agua ahoga las penas mientras las nubes lloran. De esta manera, inquieto, seduces el colchón con tu ímpetu inquebrantable, encendiendo el portátil y pirateando alguna película clásica que te haga recordar algún momento dulce, pues, por lo menos, necesitas algo de cariño, aunque sea imaginado. Triste otoño, que acaba con un frío que viola tu piel con desparpajo y apatía, que se ríe en tu cara y te muestra la decadencia de hacerte mayor al comprar regalos. Así, desde la ventana de tu cuarto puedes observar como la vida pasa y la nieve no aparece, pues aunque sea invierno en tu mirada sigues viviendo en España. Triste invierno que acaba con un calor lluvioso, que sucumbe a la melancolía de los frutos y que aparece como las hojas renacen en su cruel padre, sabiendo que volverán a rozar el suelo y a ser pisadas por zapatos de tacón incómodos. Triste primav

Razones para vivir.

La vida es extraña, deambulas por ella con intención de dejarla y siempre te da motivos para continuar, y en este caso, como en el de la mayoría, mi motivo es ella.

Triste contacto.

Te miré sonriendo, Te toqué somnoliento, Te escuché durmiendo, Te sentí lloviendo. 

Una noche.

Intensa mirada, bajo alto canto, sufría encanto de ojos de hada. Piel bajo mantos sin ojo él tocaba, sin boca él besaba, mañana de llantos...

Recóndito lugar.

Sueño oscuro encendiendo gran parte de mi otro ser, alumbrando mi locura. Hace que yo, llore al ver lo no visto para él y asustadizo recé para volver a admirar cada resquicio de fe en triste alegre mirada de tus ojos al arder. Soy una cariñosa lágrima que flota al enrojecer el atardecer de invierno. El sueño roto al perder el elixir de la vida, inalienable poder que entre avaricia se esconde. Sueño de un anochecer entre de cartón sábanas. Sueño de un amanecer entre dulce oscuridad…

Luna.

Intensa luz en la noche, que llora al amanecer por no seguir observándote. Intensa luz que mecer quiere al humano paciente, y que sueña con crecer . Sueño y realidad que rezas por no perder para evitar soledad que consuma tu querer.

Maktub

Lágrima cosmopolita que viajas al norte y sur en viejo cuerpo encerrándote. En sien de niño das luz alentando su dolor añadiéndole una cruz. En alegre joven rostro te posas cual cuervo azul que devora su amor. En diminuto abedul que siente se quiere esbelto, mas no te irás, ¡Maktub!

Soy preso de mí mismo.

Soy un preso más del recelo más intenso, el mío mismo. Soy reo de la libertad más intensa, el abismo. ¿Quién quiere un credo de un poeta? Solo yo y mi pesimismo. ¡Solo yo y mi soledad! Huye de mí, fiel seísmo y respira mi maldad, y asume el canibalismo que habita en tu humilde casa. No admito exorcismos en mi propia ensangrentada. Él soy yo y yo surrealismo. ¡Yo soy él y él poesía!

Una mujer en la lejanía.

El parqué rechinaba, El tumulto enfurecía, Cuando vi su entereza, Mis pasiones florecían, Pues el amor llegó. Todos adormecían, Todos la admiraban, Y cuando amanecía, Vi gloriosa entereza En sus enrojecidas, Cálidas, suculentas, Y hermosas mejillas. Yo esperaba un don, Un error, una herida, Pero nada posó Sobre mi humilde, tibia Y blanquecina piel, Por tu amor corroída, Tan solo una imagen De tu boca divina, Una palabra fría Que congelo mi ira. Allí permaneciste, Estática, sin prisa. Allí te amé rápido, Señora de la risa, Señora del respeto, Señora de la cima.

La genialidad insegura

Ella estaba ahí, subida a un escenario, cantando algo en aquella ópera tan sumamente pequeña para lo que representaba. Haciendo gimnasia vocal, exprimiendo al máximo sus capacidades y demostrando a la gente que tener un mal físico no quiere decir que no puedas ser una gran cantante. Revoloteando con sus cuerdas por un escenario que se sentía orgulloso de que le pisaran aquellos pies, que se mostraba feliz frente a tanto grito alabador de las butacas. Ella continuaba y la gente lloraba, ella torcía y la gente reía, ella gritaba y la gente aplaudía, ella era un espejo y la gente el reflejo de su voz. Era simple, muy simple, todo allí era algo majestuoso elaborado por una mujer majestuosa. La gente la miraba y decía… es perfecta, realmente es perfecta, ojalá fuese como ella, pero algo en su interior fallaba, algo que nadie veía comenzaba a proliferar dentro de ella, muy a dentro, en el lugar de los sueños, en el lugar de la apatía, allí, oculto, estaba su conciencia mostrándole la decaden

Las nubes no siempre lloran cuando sucede una tragedia.

Llueve, o más bien debería de llover. Miré el epitafio y sonreí, no sé por qué la verdad, pero sonreí, disimulé una ligera sonrisa en mi rostro. No fue porque me alegrase de aquello, ni porque su vida no me importase, quizá fue porque la echaba de menos, porque recordaba cada momento a su lado y cada situación caprichosa. No soy una persona extremadamente fuerte, pero cuando sucede algo así me endurezco, me retraigo en mi cimentada realidad y me dejo llevar por la fría roca de mis sentimientos. -       ¿La echas de menos? – un diminuto hilo de voz surcó por los mares helados hasta llegar a mi oído, no supe explicar lo que sentí, pero cuando su mano tocó mi hombro con su guante blanco experimenté como mi alma fluía hacia el exterior, recorría el mundo en cuestión de segundos y regresaba a mi cuerpo, renovada y limpia. -       A veces, hace tiempo que se fue – a pesar de lo que sentí, no tuve valor para mirarle, me quedé inmóvil frente a la lápida, esperando encontrar ahí un lev

La muerte.

¿Qué es la muerte? La muerte es algo misterioso e irracional, algo que jamás llegaremos a entender porque se escapa de las limitaciones de la realidad, la muerte es un hecho y a la vez una duda, la muerte es nuestro final, nuestra meta, la muerte lo es todo para nosotros, vivimos en base a ella y nos movemos esquivándola, evitando que nos aceche con su guadaña. La muerte deambula por la vida buscando la razón de ser de las personas, buscando sus irregularidades, sus miedos, sus penas y sus alegrías. La muerte es la cuestión que todo lo ocupa, la respuesta, pues, ¿qué haríamos sin ella? ¿Morirnos? No somos nada sin su negra capa, sin la mano esqueleto que nos empuja al final, solo somos una respuesta a su existencia, una concepción del mundo en base a un principio fundamental e inmutable, todo vive porque debe morir, y todo se construye en base a la idea de sobrevivir, de perdurar, de por fin, vencer a la muerte, pero, ¿por qué? La respuesta es bastante simple, la muerte nos persigue y

Frío.

Hace frío aquí sentado, esperando tu aprobación maliciosa, conversando con mis males en busca de alguna respuesta significativa. Sí, hace frío aquí en este lugar tan cálido, tan alejado de tu piel y de tu tacto, tan solitario como poco acogedor, hogar de extrañas criaturas que asustan con su ruda voz. Aquí estoy, congelándome, esperando que vengas hacia mí cantando y me salves de esta tortura infinita e inhumana. Te veo sola, calmada, contemplando como me voy muriendo por dentro y, mientras tú, permaneces sonriendo, esperando que me descongele, sabiendo que eso no va a pasar y que mis miedos solo son ideas que desaparecen cuando el papel se cruza en mi camino. Aquí estoy, muriéndome de frío, viendo como tu calor alumbra la ciudad, y yo, sin más, desaparezco.

Amor encubierto.

Caminé por tus prados, Descalzo y somnoliento.  Caminé por tu cuello, Sudoroso y violento.  Deambulé por tu hombro, Cansado y tierno.  Respeté tu espacio Mientras ojeaba el viento, Respeté tu espacio, Respeté tus cimientos, Respeté tu calor, Respeté lo que siento. Caminé por tu bosque,  Caminé sediento, Moribundo caminé Por tu frío desierto. Te esperé sucio, Te esperé muerto, Te esperé dormido, Te esperé despierto.  Me mantuve impecable Mientras reíste lo cierto.  Me mantuve estático, Mientras besaste lento.  Te miré con ternura, Te miré muy quieto, Te miré con dulzura, Te miré sonriendo, Te miré muy profundo,  Te miré queriendo.  Te amé solitario, Te amé y no miento.  Te amo muy fuera, Te amo muy dentro. Eres muy hermosa, Eres mi humilde sendero.  Lo eres todo, princesa, Eres todo un perfecto.

Asquerosa amante.

Hacia mucho tiempo que no me paraba a reflexionar sobre lo triste que es el dolor cuando lo enfocas a través de la palabra, como poco a poco se va deformando y convirtiéndo en una mascota huraña que te araña con sus uñitas cuando tiene frío, y es aun más triste cuando con tu humilde voluntad y con tu imperioso cariño le das una pizca de tu laborioso calor. Muy triste, tanto que aquel animal alimentado por tu desesperación absorbe todo tu fuego y te transforma en un endeble cubito de hielo. No recuerdo el momento en el que dejaste de mirarme con indulgencia y me dejaste solo frente a una realidad compleja y desabrigada, no recuerdo cuando me entregaste al vacío y me enseñaste que en la vida no se obtiene lo que deseas sino, si tienes suerte, lo que necesitas, lo siento, no recuerdo cuando entre llantos te rogaba que me protegieses y tú, celosa, me entregaste a las sombras del desprecio, ni lo recuerdo ni me importa, ¿sabes por qué? Porque hice de ti poco mas que un utensilio, me aprovec

Nos hace fuertes.

¿Qué es el miedo? No sé la razón, pero me nació empezar así, quizá porque tenga miedo, quizá porque no lo conozca. Todos tenemos miedo de que algo salga mal o de que algo se escape a nuestra comprensión, sin embargo, el verdadero miedo es a la muerte, a dejar de sentir, de ver, de oír, a dejar todo lo que nos importa y orienta, todo lo que nos hace ser lo que somos. Es así, tenemos miedo a admitir que somos cobardes, que pase lo que pase sentiremos ese miedo tarde o temprano. Si de verdad fuésemos valientes ni nos lo plantearíamos, pero no es así, el miedo habita en nosotros como un insecto y se apodera poco a poco de nuestra mente, convirtiendo nuestra vida en una lucha contra la muerte, contra ese final inevitable, pero aunque parezca irónico, eso nos hace fuertes, sí, algunos me entenderán, nos hace fuertes.

El dolor enmascarado de la existencia.

Cuando el infinito ciega  nos aprietan los designios del maligno carcelero, quien, con sus frías cadenas, nos esclaviza sin fuerza y deja a la crueldad al vuelo de la paloma del intimismo. Cuando el infinito ciega todos huyen afligidos. ¡Cuánto daño en uno mismo! ¡Cuánto saber en la niebla! La pasión de no entender. La intensidad de no ver. Simplemente el dolor y la amargura de ser. Lamento y lamentaré por quién, pudiendo saber, se arropa en el olvido y quién, sin comprender, se escusa en el poder, pues ningún verso ha vivido sin pluma de ave tintado ni caballero alado, volado sin dolorido y  astral puño acristalado .

Solos tú y yo.

Sentado frente a ti, Mirándote los hoyuelos, Compensando cada herida De tu delicada piel, Rodeándote con los brazos Y besándote en el cuello. Solos tú y yo, Tumbados en una cama Revuelta y asfixiante, Donde cada uno de tus sueños Es un orgasmo de azúcar, Donde cada momento único Se concierte en un sueño reluciente, Sueño eterno compartido. Solos tú y yo y un anochecer, Solos tú y yo, solos, noctámbulos, Sin sed, sin hambre, sin muerte, Solos tú y yo, suficiente.

Reflexión transitoria.

Hoy me gustaría hacer una reflexión, ¿hasta qué punto está ligada la escritura con la forma de expresar un pensamiento? Es una pregunta un tanto extraña lo sé, pero es que últimamente me lo he estado planteando, ¿qué prima más en un escritor, su opinión, o por el contrario, su lírica? En otras palabras, la historia o la forma. Yo siempre he sido una persona partidaria de la lírica, del arte puro, sin realismo, sin mensaje, pero en el fondo… ¿Qué es el arte sin lenguaje? Se vuelve vacío, se convierte en un cuerpo sin alma. Entonces… ¿el arte intenta explicar algo siempre? Es una pregunta bastante difícil, pasaría algo parecido como con la música, ¿qué es la música sin letra? Muchos dirían que nada, yo incluido, porque es la letra lo que define al artista, lo que le da vida a la canción, a la melodía, sino… sería solo una consecución de notas que no dicen nada, aunque, muy a mi pesar, y al de muchos otros, hay claras excepciones. ¿Habéis escuchado alguna banda sonora de Hans Zimmer, o p

Somos la mierda del mundo.

La verdad siempre es triste y está contaminada por las limitaciones, condensada en pequeñas partículas que arrancan la piel y la transforman en fuego incorruptible. Somos desechos, compensaciones a la vida mediocre y tradicional que todos quieren, excepciones transitorias que acabaran sucumbiendo a la cruel realidad de la vida humana. Buscamos alejarnos de lo tradicional, de lo terrenal y al final acabamos muertos en sus prados, en sus senderos, pues somos de su misma especie y nos llama lo de nuestros semejantes a pesar de odiarlos o repudiarlos. Somos decadencia, somos mediocridad, siempre imaginando la vida como un tránsito irremediable y pudoroso, siempre caminando como burros por el pasto y dispuestos a todo con tal de no aburrirnos. Somos la mierda del mundo, ya se dijo una vez y es la verdad, somos la mierda, los desechos de la realidad. 

Hasta los huevos.

Lo siento mucho pero tengo que escribirlo, me puede el ansia y la rabia (sí, lo siento, soy una persona que cree en las emociones extremas). ¿Importan más los problemas materiales o "reales" antes que los internos o psicológicos (odio llamarlos psicológicos, digamos más bien problemas del alma... sí, soy un cursi)? Estoy hasta los huevos de declaraciones como: "es que mi vida es una mierda porque todo me va mal en la vida, tengo tales problemas, tengo tales otros, y todos son palpables, todos son reales ", y, por el contrario, si tu comentas algo en plan... me muero por dentro, por favor, eso no son ni serán jamás problemas, ¿por qué? Porque no se ven, así de fácil. Si yo os contara... ¿Qué pasa, que cuando una persona se arrastra por el suelo porque no puede más con su conciencia, cuando una persona se muere por dentro y su única salida es descubrirse a si mismo, o cuando una persona no encaja o no comprende esta puta mierda de realidad no tiene problemas? ¿Qué coj

La lluvia emborrona mis pensamientos.

Te miré con dulzura Entre la lluvia, ahogado, Dolido, abandonado, Sediento de cordura. Te miré con cariño. Te vi sentada, pura. Tu cabello rizado, Cuerpo divinizado, Tus caderas maduras… Lo siento, soy un niño. Te vi ahí sentada, corroída por el llanto, por un llanto fingido, un llanto que solo personificaba mis sentimientos, unos sentimientos rotos, destrozados, absorbidos por mi cuerpo, demacrados por mi mente. Te vi ahí, solitaria, afligida, destrozada; me acerqué, quería darte un abrazo, no sé, a veces no hay que explicar las cosas, me nacía así. Me acerqué muy lento, esperando que te levantases, que te alejaras de mí, pero no lo hiciste, permaneciste estática, me miraste desde lejos y regresaste a tus pensamientos. Una vez allí, carcomido por mi suciedad interna, te cogí de la mano y te abracé. Sí, te abracé sin más, cerré los ojos y desapareciste, y la verdad es que lo entiendo… 

Dios

Tengo una pregunta que haceros, ¿aceptaríais a un Dios bueno? Un ente superior que hiciese que vuestras vidas fuesen mejor, que fueseis más felices y que nada se saliese de lo acordado, en resumen una deidad que os guiase por el buen camino. De buenas a primeras es muy posible que todos dijeseis que sí, pero ahora cambiar Dios por Rey, ¿aceptaríais a un Rey bueno? No tengo nada más que decir.

Muy, pero que muy corto.

Hoy será corto, ¿queréis algo? Cogedlo. Nunca, y digo nunca dejéis que la gente diga lo que se puede y lo que no, si queréis volar, volad. Fin.

Te echo demasiado de menos, tanto que ya ni vivo.

Hay tanto que recordar, Tanto que sufrir… Lugares donde verte reír, Lugares donde llorar. Sí, roces y deseos escondidos. Hay tanto que añorar, Tanto de lo que huir.... Lugares donde oírte sentir, Lugares donde amar. Sí, sueños y planes dormidos. 

No sé ni lo que escribo.

Siempre me lo he preguntado, ¿por qué es todo tan difícil? Bastaría con que cada uno pudiese obtener un poco de lo que anhela, por el contrario, quizá, perderíamos la esencia, todo seria intrascendente pues tendríamos lo que quisiésemos, no sé, no logro entender por qué me encuentro aquí, buscando algo que no sé ni lo que es, ¿soy extraño? Puede que haya millones como yo, aunque pensar eso no me ayude, pero es posible, por suerte y por desgracia todo lo es, a pesar de que lo mío lo vea todo tan lejano. ¿Dónde estás? Sigo aquí esperándote, disfrutando de las vistas que prometimos ver juntos, me gustaría saber por qué nos pasamos la vida condicionándolo todo cuando solo tenemos que dar, posar nuestra alma en el alma imperfecta de nuestro compañero, nada más. Gracias por escucharme, hay palabras escritas que son como palabras susurradas, y si no me leéis o si no me oís a lo lejos, solo deciros que lo siento, siento no ser capaz de más.

Sin vida.

¿Qué se debe hacer cuando todas nuestras ilusiones han decidido abandonarnos? Así me encuentro, desabrigado, solo, involucrado en un mundo que no me aporta nada, tan siquiera me entretiene, me hace sentir vacío. No encuentro razón para sentirme vivo, para balancearme por los senderos más hermosos de la vida y navegar por el color tan resplandeciente de tus ojos. Soy una contradicción paradisiaca, un instrumento de algo que ni sé ni me importa, un minero que pica sin sentido en busca de un diamante que posiblemente tire, no lo sé, quizá me perdí hace muchísimo tiempo en las cuevas de tu cintura, quizá vagabundeé demasiado por caminos cortados. Aquí estoy, esperando a alguien que nunca llegará, expectante de mí mismo, relatando historias que a nadie le importa y que tan solo apaciguan ligeramente mi instinto asesino. Me encantaría que me odiaseis, porque muy lejos de buscarlo, he pretendido que me amarais y no lo he conseguido. 

Sin alma, sin vida.

Ya no veo existir ¡NADA! Ya no veo libertad en tus oscuras pupilas. Soy esclavo de locura, soy esclavo de tus palabras. Soy preso de tu edad, impreso de tus mentiras. Desvaneceré por ti, mi cultura. 

Somos un regalo, un regalo envuelto en papel mojado.

Nacimos para morir, vivimos para protegernos con capas de dolor agridulce. Somos la contradicción en sí misma, funcionamos en base a principios emocionales inconexos y aun así, intentamos comportarnos como gente cuerda, como personas rectas y ordenadas. Somos caos señores, somos deterioro y destrucción, somos elementos virulentos que viajan por un mar de imperfección, un complejo sistema de variantes que nunca llegan a explicarse, principalmente porque no hay nada que explicar, no somos explicables, no somos cuantificables, somos sentimiento puro, emoción compleja. Ojalá algún día alguien me aplauda por lo que diga, para que yo, entre mis locuras, pueda responderle que no tiene que aplaudirme, pues su forma de pensar y sus sentimientos son correctos y diferentes a los míos y eso les hace especiales, os hace humanos, os convierte en experiencias cálidas y no en explicaciones invernales sobre la vida matematizada. No quiero que la gente comparta mis opiniones, yo solo quiero que me lea,

Triste sendero.

Me desgasto por dentro, Me descompongo muy lento, No vivo entero, No muero con aliento.

No lo merezco.

El hombre... el hombre es un camino, el hombre es un trayecto que culmina en algún lugar entre la nada. ¿Por qué debemos andarlo? No lo sé, no lo tengo muy claro. Yo soy un hombre, la cuestión es que no sé si quiero serlo. ¿Por qué? Hay tanta piedra, que ya no es por rendirme, es simplemente que no sé si me compensa, no sé si en realidad este es mi destino. No he sido gran cosa, no he sido un gran descendiente, he sido yo... Alguien sin más que caminaba recto, torcido, perdido entre el follaje, entre la selva de mi mente. Ya no sé si he pecado, si soy culpable, si soy un incrédulo o un resoplido, pero no me juzguéis, no me juzguéis más, no me lo merezco.