Somos la mierda del mundo.
La verdad siempre
es triste y está contaminada por las limitaciones, condensada en pequeñas
partículas que arrancan la piel y la transforman en fuego incorruptible. Somos
desechos, compensaciones a la vida mediocre y tradicional que todos quieren,
excepciones transitorias que acabaran sucumbiendo a la cruel realidad de la
vida humana. Buscamos alejarnos de lo tradicional, de lo terrenal y al final
acabamos muertos en sus prados, en sus senderos, pues somos de su misma especie
y nos llama lo de nuestros semejantes a pesar de odiarlos o repudiarlos. Somos
decadencia, somos mediocridad, siempre imaginando la vida como un tránsito
irremediable y pudoroso, siempre caminando como burros por el pasto y
dispuestos a todo con tal de no aburrirnos. Somos la mierda del mundo, ya se
dijo una vez y es la verdad, somos la mierda, los desechos de la realidad.
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