Sin vida.

¿Qué se debe hacer cuando todas nuestras ilusiones han decidido abandonarnos? Así me encuentro, desabrigado, solo, involucrado en un mundo que no me aporta nada, tan siquiera me entretiene, me hace sentir vacío. No encuentro razón para sentirme vivo, para balancearme por los senderos más hermosos de la vida y navegar por el color tan resplandeciente de tus ojos. Soy una contradicción paradisiaca, un instrumento de algo que ni sé ni me importa, un minero que pica sin sentido en busca de un diamante que posiblemente tire, no lo sé, quizá me perdí hace muchísimo tiempo en las cuevas de tu cintura, quizá vagabundeé demasiado por caminos cortados. Aquí estoy, esperando a alguien que nunca llegará, expectante de mí mismo, relatando historias que a nadie le importa y que tan solo apaciguan ligeramente mi instinto asesino. Me encantaría que me odiaseis, porque muy lejos de buscarlo, he pretendido que me amarais y no lo he conseguido. 

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