Iris.
Hoy ha sucedido algo brutal que ha hecho que me olvide de todas las nimiedades de la vida, de mí y de la gente, hoy casi se muere el animal al que le cedí la mitad de mi vida, esa cosita grande que viene corriendo y estornudando cuando giro las llaves de la puerta, ese bicho tranquilo que se sienta a los pies de mi cama a roncar mientras duermo y que como buena mujer me quita la manta y se estira para dejarme el mínimo espacio. Ahora la escucho llorar en su camita, tapada con una manta porque sino se destempla, preguntándose por qué todo le sucede a ella, por qué la vida ha hecho que cada vez que se levanta con fuerza se la vuelve a tirar con muchísimo mas ímpetu. Ella solo quiere cariño, solo quiere oír tu voz detrás de la puerta, tan solo quiere vivir a tu lado con la seguridad de que nunca la fallarás. Yo no he sido capaz de dejar de llorar, me ha sido imposible, temblaba al entrar al medico, al verla como la he visto, al ver su actual dolor, que con lo que ella aguanta, ahora no es capaz de caminar ni de olvidarse de los llantos. Sé que no sabes leer, que no puedo comunicarte conmigo, pero me da igual porque sé que me entiendes y sientes mi presencia, sé que esto lo encontraras en tu alma, eres parte de mí, mi vida no vale ni un uno por ciento de la tuya, asique estaré a tu lado, seré tu lazarillo como lo has sido tú en mis noches más oscuras, no voy a fallarte, porque sé que eso sí que te mataría. Nadie lo va a entender, pero no hace falta, pues no va para ellos, va para ti. Te quiero.
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