Se ve mucho mejor en la oscuridad, se pueden apreciar las texturas de tu alma.
Hoy quiero estar ciego, caminar entre la penumbra y escuchar
todos esos sonidos estridentes que perforan tu oído, convirtiendo una realidad
difuminada en textura prosaica y natural. Quiero caminar por el vacío, observar
con mis otros sentidos el silencio, contemplar con mi alma un mundo imaginado
por mí, sin límites ni estructura. Hoy quiero viajar a la oscuridad permanente
y consumirme en mis propios pensamientos, acariciar con mi mano inventada el
viento y sentirlo dentro de mí, sin necesidad de clasificarlo ni de imaginarlo,
sentirlo, sin más. Necesito olvidarme del color, sentirme puro, sin aditivos,
sin condicionantes. Ojalá pudiese recrear a mi manera cada segmento de este
mundo sexualizado, ojalá pudiese no ver a nadie, no verme a mí mismo. Hoy quiero
sentarme y respirar, sin miedo, sin miradas inoportunas, sin infinidad de luces
apuntando mi cara, sin esa cantidad de información bombardeando mi iris; tranquilo,
hoy quiero estar tranquilo en mis pensamientos, en mi infortunio. No quiero que
se me seduzca por los ojos, hoy solo quiero comer, no necesito marketing ni ideologías
artificiales. Hoy quiero soñar, soñar despierto, soñar dormido, soñar sonámbulo,
soñar en mi cuerpo y en mi mente, sin nada que me moleste, sin nada que me
inquiete, hoy necesito soñar en mí, despertar y no ver, despertar y creer,
creer en lo que hay dentro de mí y no me limita desde fuera. Hoy quiero ser ególatra
de mi propia esencia, hoy quiero buscarme en mí y encontrar algo en la sombra,
en el atardecer de mi cabeza. Hoy quiero verme en ese espejo sin reflejo, en
ese espejo en la oscuridad; hoy no quiero asustarme con mi físico, hoy quiero
ser libre en mí, hoy quiero ser libre sin realidad, sin límites ni verdades
condicionadas. No quiero información, no quiero ataúdes. Hoy quiero paz y
conocimiento autodidacta.
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