Lo siento.

Lo siento, siento haber decaído y olvidado cada pliegue de esta realidad ambientada en novelas de terror que dan arcadas. Lo siento, siento ser pobre de espíritu, siento ser pobre en lo más profundo de mi interior deteriorado. No puedo decir nada más, no puedo decir otras palabras que no sean lo siento, ¿por qué? Pues no lo sé, no lo sé, pero lo siento, siento haber caminado por senderos oscuros y no haber sabido regresar, siento haber recitado en bares invisibles de mi cabeza y nunca haberlos mostrado al mundo, lo siento, siento si algún día los mostré, también lo siento. No puedo evitarlo, siento cada mordisco en tu espalda, y siento cada mordisco que no di, lo siento. No soy capaz de soñar con vuestros deseos y cumplirlos, también siento que no me importe, pues lo único que me importan son sus deseos y el ansia insaciable de ver como el mundo cae y se destruye, como todos esos límites sufren como he sufrido yo por su culpa. Lo siento, siento no ser más realista y estar siempre con los ojos en aves disecadas, siento volar por mi cerebro sin recapitular, siento ser yo, lo siento de verdad.