Te echo de menos.
Echo tantísimo de menos tu olor, tu presencia… No sería capaz de describirlo, y aun así, aquí estoy, escribiéndolo, plasmándolo; ya no sé ni de lo que soy capaz. Hace poco una persona me gritó, sí, me gritó, me dijo joder Jorge no digas que no eres capaz de algo cuando al segundo lo haces, sí, es que puede que sea arrogante, no voy a engañar, en muchos aspectos lo soy y me encanta. También es cierto que cuando lo soy me doy pena, es algo imposible de comprender, en el fondo entiendo tus quejas, tus reproches, pero, ¿qué puedo hacer? No soy más que un resoplido de un animal moribundo, soy un hombre que mama del deseo, y quizá por eso te echo de menos, echo de menos tu tacto, tu piel, tus besos, e incluso, aunque suene extraño, echo muchísimo de menos tus golpes, tus constantes replicas y menosprecios. No lo sé, quizá dependo demasiado de ti, quizá soy una persona dependiente de tu olor, de tus ataduras a la realidad, quizá porque yo no soy así, yo soy diferente, y eso te hace especial, porque yo me odio, me detesto, y tú… pues tú eres diferente, y eso no quiere decir que a veces no te odie, pero mi amor, mi dulce amor por ti contrarresta mis dudas, me convierte en una persona que sufriría por verte sonreír. Soy toxico, soy irreal y tú, con tu sencillez, me atas a la tierra, haciendo que recuerde cada emoción positiva y trascendente de esta sucia realidad. Soy un animal inconsciente, pasional, que abandona sus creencias por su identidad, por sus ilusiones. Soy despistado, veo una ardilla y la vigilo con la mirada, veo un pájaro y comienzo a volar; te veo a ti, y sueño, sueño entre tus brazos, entre tus piernas, entre tu mente ofuscada, la cual, con su calor alumbraría el pueblo fantasma de mi mete. Al final, te echo de menos, y me he dedicado a hablar de mí, soy así y entiendo que me odies, pues incluso yo me considero detestable, busco la trascendencia en mí y converso conmigo con algún fin, cuando en realidad lo que quiero es pasear por tus praderas de hielo cristalizado. Echo de menos tu frescura irrepetible, tu sentimiento implacable, echo de menos todo lo que no está en mí de ti, y echo en falta cada caricia, lo siento, siento ser así, siento que por mi culpa tengas que sufrir, pero algún día lo entenderás, porque lo que siento por ti es algo indiscutible, pues echar en falta es sinónimo de necesidad. Sí amor, eres lo único que necesito.
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